miércoles, 29 de julio de 2015

Duerme, duerme, una nana





Madre e hijo en la ventana. Cayetano de Arquer Buigas



Las canciones más dulces para los mejores fans...
¿Hay algo más tierno que la voz de una madre arrullando a su bebé mientras le canta?


En las letras de las canciones de cuna babilonias y asirias del siglo I a.C. se decía que el llanto de los bebés rompía el orden divino, pero los padres y las niñeras de la Antigüedad no encontraron nada mejor para recuperar el orden divino, que cantar canciones a los causantes del problema. 





Berceuse (Canción de cuna) de la Ópera Jocelyn, de Godard, basada en el poema de
Alphonse de Lamartine.



Cachés dans cet asile, où Dieu nous a conduits 
Unis par le malheur, durant les longues nuits 
Nous nous reposons tous deux, endormis sous les voiles 
Ou prions aux regards de tremblantes étoiles. 


Oh! ne t'éveilles pas encore 
Pour qu'un bel ange de ton rêve 
En déroulant son long fil d'or 
Enfant, permette qu'il s'achève. 
Dors, dors, le jour à  peine a lui 
Vierge Sainte veillez sur lui.


Alphonse de Lamartine



Y una nana preciosa que me enseñaron de pequeña en el colegio y que he encontrado hoy por casualidad...





¡Dulces sueños!






8 comentarios :

  1. Desde luego que no hay nada más tierno que una nana.

    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Has dado con lo que realmente necesito para dormirme esta noche.
    Gracias, un beso.

    ResponderEliminar
  3. Que gracioso, también yo la aprendí en el cole, a pesar de los años que te llevo y se la cantaba a Paula que dormía fatal, junto con otras, durante el tiempo que estuve en casa de mi hija ayudándola, después de dar a luz.

    Besiños de dulces nanas, querida Rosa y hasta otro momento de paz que tenga, aunque estoy muy feliz con ellos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me encanta la coincidencia, la cantábamos gesticulando y me trae muy buenos recuerdos, con una profesora a la que llamábamos Madame (se llamaba Amparo), era francesa, y era una delicia ...
      No había vuelto a escucharla y, ayer, la encontré ... también se la cantaba a mis hijas.

      Te entiendo, la soledad es muy necesaria. Te recuerdo mucho, cada día, ya lo sabes ...

      Besiños muy dulces.

      Eliminar