domingo, 6 de julio de 2008

La berenjena: un alimento sano






La berenjena proviene de la región de Assam y Birmania, donde ya se conocía desde hace más de 400 años, no obstante hay quien sitúa su origen en la India. Fue traída por las grandes caravanas árabes, y pronto llegó al Norte de África, donde la adoptaron los pueblos mediterráneos y de ahí llegó a Europa en la Edad Media por la invasión árabe del siglo VIII. En la Edad Moderna los españoles la introdujeron en América en el tiempo de la colonización. Un recorrido largo, Asia, África, Europa y América.

Parece que no tenemos suerte con las verduras y hortalizas porque, al igual que hemos visto con el tomate y la alcachofa, también la berenjena fue considerada, en principio, como no apta para el consumo.




Los médicos europeos la creían culpable de provocar fiebres y crisis epilépticas, así la denominaron Solanum Insanum, es decir insana, y causante de locura.

En el siglo XVIII el botánico y naturalista Linneo cambió su clasificación y la denominó Solanum Melongena, que significa manzana mala pero sedante, y hasta el siglo XIX no aparece en los libros de cocina. Parece increíble la tardanza en introducir un alimento en nuestra dieta. Hoy en día se consume, por suerte, en todos los continentes.

Casa muy bien con el tomate, el pimiento, calabacín, el buey y el cordero. Admite también el ajo y le gusta mucho el aceite, por lo que hay que tener cuidado si las freímos.

Hoy sabemos de sus propiedades y podemos considerarla como un alimento sano, pues es buena como laxante, diurética, tonificante, digestiva, anticancerígena, reduce el colesterol malo y se aconseja para evitar el insomnio.

 ¡Deliciosa!




 

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