miércoles, 11 de julio de 2012

Ojos claros, serenos








Madrigal

Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.




Gutierre de Cetina (Sevilla, 1520 - México, 1557), poeta español del Renacimiento y del Siglo de Oro español. Compuso, entre otros poemas, un cancionero petrarquista a una hermosa mujer llamada Laura Gonzaga. A tal dama está dedicado este famoso madrigal que ha pasado a todas las antologías de la poesía en castellano.
Me parece bellísimo; recuerdo muy bien cuando lo descubrí en mi libro de literatura; mi profesora se llamaba Laura, siempre doña Laura: "...señoritas -nos decía- atentas a este poema...".
Una profesora excelente.

Esta semana he leído un artículo de Juan Manuel de Prada, dedicado a su profesora de gimnasia (Elvira), muy entrañable.


Hace años que guardo una viñeta de Antonio Mingote, XL Semanal (Número: 984. Del 3 al 9 de septiembre de 2006), me hizo tanta gracia que aún la conservo.













4 comentarios:

  1. Me ha encantado. Y de Prada, tan acertado como casi siempre.
    "Yo no digo mi canción
    sino a quien conmigo va".
    ¡Gracias, Rosa!

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    Respuestas
    1. Gracias, es una pena que algunas canciones no se difundan más...
      Un beso.

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