viernes, 30 de agosto de 2013

Espartaco




Spartacus (detalle). Louis-Ernest Barrias






Espartaco, la película de Stanley Kubrick:  una de las escenas más brillantes del cine.


Espartaco (Tracia, ? - Lucania, 71 adC), esclavo tracio que dirigió la más grandiosa rebelión contra la Antigua república romana en suelo itálico (conocida como III Guerra Servil, Guerra de los Esclavos o Guerra de los Gladiadores), hecho ocurrido entre los años 73 adC y 71 adC.

De acuerdo con las vagas referencias de los historiadores romanos Apiano y Floro, Espartaco era originario de Tracia, y militó en las auxilia, las tropas auxiliares de Roma, de las que desertó. No siendo ciudadano romano, una vez capturado se le redujo a la esclavitud. Fue destinado a trabajos forzados en unas canteras de yeso, pero gracias a su fuerza física, fue comprado por un mercader para la escuela de gladiadores de Capua de Léntulo Batiato.
Plutarco en su biografía sobre Craso muestra admiración por Espartaco, al contrario que Cicerón y Lucano, mientras Apiano le es favorable en general:

"Tomaron un sitio naturalmente fuerte y eligieron tres caudillos, de los cuales era el primero Espartaco, natural de un pueblo nómada de Tracia, pero no sólo de gran talento y extraordinarias fuerzas, sino aun en el juicio y en la dulzura muy superior a su suerte, y más propiamente Griego que de semejante nación". (Plutarco. Vidas paralelas. Vida de Sacro).

El fin de la esclavitud llegaría con la crisis del Imperio romano y la aparición del cristianismo. El fin de la civilización antigua y la llegada de la Edad Media fue también la llegada de un nuevo sistema económico y el fin transitorio de la esclavitud.

En Espartaco se ha inspirado  esta bella obra:





El adagio para Espartaco, adaptación del ballet Spartacus, de Aram Khachaturian.
Maravillosa interpretación.



La última y más significativa revuelta de esclavos fue la de Espartaco. A diferencia de las anteriores, su objetivo no fue la constitución de un Estado ni de corte romano ni helenístico, sino la búsqueda de la libertad entendida como contrapuesta a la alienante condición servil. El hecho de que la mayor parte de sus integrantes fueran tracios como el propio Espartaco-, galos -como sus dos comandantes, Criso y Enomao- y germanos, les configura como un movimiento de bárbaros que las fuentes antiguas, principalmente Plutarco y Apiano, presentan como una horda primitiva y violenta. Sin duda se conocen extremos de violencia en el bando de Espartaco: para vengar la muerte de Criso hizo matar a trescientos prisioneros romanos y aplicó castigos entre los suyos para mantener la disciplina. Salustio habla de violaciones de vírgenes y matronas... Pero la violencia a la que por su condición estaban sometidos no podía generar sino violencia. Una violencia que el propio Espartaco decidió utilizar para combatir por la libertad más que por un espectáculo público. Por otra parte, es bien sabido que en el bando romano Licinio Craso, con el fin asimismo de disciplinar a sus legionarios, diezmó su ejército en una lúgubre ceremonia en la que se ejecutó a gran número de soldados. La derrota final de Espartaco culminó con la crucifixión de seis mil esclavos alineados a lo largo de la vía Latina. La toma de conciencia y el deseo de rebelión de un esclavo son fáciles de comprender incluso dentro de una sociedad como la romana de esta época, en la que el principio del dominio de los mejores sobre los demás era asumido por muchos como una ley natural. Que un hombre reducido a la condición de esclavo, obligado a practicar la violencia para entretenimiento de la gente y con la esperanza de vida muy corta (como era normal entre los gladiadores) alimentase la idea de rebelarse es perfectamente lógico. Lo singular en el caso de Espartaco es el haber sabido entender las condiciones de su tiempo, haber logrado la adhesión de multitud de esclavos y desheredados, así como sus dotes militares gracias a las cuales, durante dos años y a lo largo de su marcha sin fin por Italia, consiguió derrotar a varios cuerpos legionarios romanos. Que su objetivo era simplemente la lucha por la libertad se desprende de los datos que los autores antiguos nos han dejado. Apiano dice que Espartaco había prohibido que sus hombres comprasen o se apropiasen de oro y plata. Sólo el hierro y el bronce, comprados por cierto a un alto precio, les interesaban para la fabricación de armas. Al mismo tiempo, la idea de igualdad parece instalada entre ellos puesto que el botín era repartido entre todos en partes iguales. Razón que Apiano considera decisiva para explicar el flujo de seguidores. Entre éstos no se encontraban únicamente individuos reducidos a la esclavitud. Este movimiento aglutinó a muchas otras personas libres cuyas condiciones de vida no diferían demasiado de las de los esclavos: campesinos despojados de sus tierras, ya fuere por haber pasado éstas a otros propietarios o por razones derivadas de las guerras sociales o de las proscripciones de Sila, y soldados proletarizados que, en una política de vaivenes, habrían visto limitadas sus posibilidades de promoción social. El núcleo de la revuelta fue una escuela de gladiadores de Capua y la iniciativa la tomaron setenta esclavos que, alentados por Espartaco, huyeron al Vesubio e incrementaron sus filas en poco tiempo [...]
Después de un primer encuentro en Lucania, los ejércitos de Espartaco y Craso libran la batalla final, probablemente en Apulia o en el norte de Lucania. Las fuerzas conjuntas de Craso y Pompeyo lograron la derrota total del ejército de Espartaco y la muerte de éste, si bien su cuerpo no fue encontrado. Aunque sobrevivieron por algunos años focos menores de esclavos armados, no volvieron a tener lugar nuevas revueltas masivas de esclavos y Espartaco se convirtió en un personaje legendario.

Fuente ArteHistoria





Y el ballet  Spartacus


El guión del ballet Spartacus, está basado en la novela de  Howard Fast, Espartaco, que también inspiró a Stanley Kubrick para filmar su magnífica película "Espartaco" en 1960.







4 comentarios:

  1. Hola Rosa: la película Espartaco me gustó y me gusta muchísimo y cualquier adagio me emociona, pero la escultura es sensacional.

    Muchas gracias por tus cariñosos comentarios, me ayudan mucho, de veras. Estaré liada con nietos hasta que empiecen la guardería, pero ya queda poco, jajaja...

    Tengo muchas ganas de poder escribirte un correo, pero no encuentro el momento. Espero que hayáis pasado un buen verano entre la montaña y la playa

    Te quiero y recuerdo mucho, querida Rosa.

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    1. Te entiendo perfectamente, querida Militos.

      No te preocupes de nada, lo entiendo.

      También te quiero y te recuerdo, siempre.

      Un beso grande.

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  2. Amiga, cómo te has currado esta entrada. No que decir tiene que me encanta la obra de Kachaturian, uno de mis músicos preferidos.
    Pero no sabía tanto de Espartaco como nos has contado tú hoy aquí. Así que, ¡gracias por ello!
    Besos.

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    1. Es una figura que siempre me ha llamado la atención, es difícil vivir sin libertad, es no vivir. Estos momentos de la historia me interpelan, busco y trato de comprender, analizar sobre ellos, solo dejo retazos para seguir la huella...

      La música es maravillosa, es verdad.

      ¡Gracias a ti!, un beso.

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