sábado, 19 de abril de 2014

El sufrir callado de María




 Virgen Dolorosa. Alonso Cano

No hemos de olvidar nunca la devoción predilecta en la Institución, enseñada por nuestro Padre, a la Santísima Virgen de los Dolores, por ser ella la que más asemeja y une a la Madre de Dios.

Imitémosla en sus acerbísimos dolores; mejor dicho, compadezcámonos de esos dolores y copiemos las virtudes que en ellos resplandecen...Como Corredentora, tiene su cruz a semejanza del Hijo de su amor; mas ¿cómo es esa cruz? Invisible, la lleva en su corazón...Sus tormentos, ¿de qué calidad son? Variados, múltiples, dolorosísimos; pero siempre del mismo carácter: sin derramamiento exterior de sangre, sin alarde de sufrimiento, sin hacer de ello mención de sí. ¿Sus palabras? Pocas y mesuradas, diciendo siempre relación al Hijo, sin detenerse a ponderar su amargura. ¿Sus acciones? En medio de sus dolores, serenas, llenas de señorío, rebosantes de paz, de ecuanimidad, de concordia y perdón para los mismos que lo producían.

Imita en cuanto tiene de imitable el sufrir callado de María (...)
  
María Josefa Segovia, Carta 31 mayo 1929




Domenico Scarlatti. Stabat Mater
Imagen: Descendimiento de la cruz. Roger van der Weyden


Sábado, día del Rosario bloguero






2 comentarios:

  1. Hoy es día de acompañar a María. Gracias por recordarlo.

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  2. El dolor de una madre siempre se clava como un puñal en el corazón.
    No hay palabras para describirlo.
    Es silencioso, sí, y muy profundo.

    Me alegra escuchar esta joya que es Stabat Mater. Me fascina.

    Besos Rosa, muchos

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