viernes, 28 de septiembre de 2018
martes, 25 de septiembre de 2018
lunes, 24 de septiembre de 2018
De poetas griegos
Safo de Lesbos (C. año 620 a.C.-568-563 a.C.), una de las primeras poetas griegas, considerada por Platón como la décima musa griega y por Dionisio de Halicarnaso como la principal exponente de la poesía lírica en Grecia:
Iré a reunirme contigo
En el bosque de las manzanas
Que es nuestro templo de hojas.
Y será como incienso el olor a mar
De tu cabello mojado.
Mosaicos de Justiniano y Teodora. San Vital de Rávena
En Estambul, llamada Constantinopla en el Imperio Bizantino, Pablo el Silenciario concluyó sus quince poemas de amor en el año 563.
Este poeta griego debía su nombre al trabajo que cumplía: cuidaba el silencio en el palacio del emperador Justiniano.
Uno de los poemas dice:
Tus pechos contra mi pecho,
tus labios en mis labios.
Lo demás es silencio:
Yo odio la boca que nunca se cierra.
Pablo el Silenciario (siglo VI )
sábado, 22 de septiembre de 2018
Catedral
"Un amigo me preguntaba por qué no construíamos ahora catedrales como las góticas famosas, y le dije: "Los hombres de aquellos tiempos tenían convicciones; nosotros, los modernos, no tenemos más que opiniones, y para elevar una catedral gótica se necesita algo más que una opinión".
Heinrich Heine
Ante la Catedral no sé qué decir. El silencio es la mejor respuesta. Una sola palabra no haría otra cosa que profanar la grandeza de su luz, su poesía, la maravilla de sus muros de cristal y la majestuosidad de sus bóvedas. Esta mañana, me la pasé toda en ella, sentado en una silla baja, como una beata visionaria, bañándome en el fervoroso anhelo que es toda su estructura. Por eso no pude fijarme en el detalle, absorbido todo yo, como estaba, por su sublimidad.
Federico García Lorca, en su visita a León con La Barraca en agosto de 1933
miércoles, 19 de septiembre de 2018
lunes, 17 de septiembre de 2018
domingo, 16 de septiembre de 2018
No basta
El buen samaritano. Vincent van Gogh
La devoción no basta.
Tú no te andas con rodeos, Señor.
Tú fustigas todo formulismo hipócrita,
el mío y el de mis vecinos,
el del sacerdote o el levita de turno,
el de todos los santurrones
y rezadores impenitentes
que no paran de recitar padrenuestros.
A todos nos interpelas enérgicamente
y nos invitas a no confundir
la práctica de una religión
con las exigencias de la conversión verdadera.
Nos recuerdas que no basta
con creer con la cabeza,
sino que es preciso creer también
con el corazón y con las manos.
Líbranos, Señor, de la frecuente tentación
del formalismo religioso.
Haz que tu Iglesia se abra
a todos los hombres de la tierra
rechazados y abandonados
en los márgenes de nuestra historia.
Ayúdanos a todos,
practicantes o no,
a hacernos prójimos
de todo ser humano
herido en su cuerpo o en su corazón
al que encontremos tirado
al borde del camino.
Ayúdanos a todos
a ser "buenos" samaritanos,
para que el Reino del amor
germine en nuestra tierra,
y ya no haya en ella
judíos, griegos, ni paganos,
sino hijos de un mismo Padre.
En el corazón mismo de la Buena Noticia cristiana: La parábola del Buen Samaritano (Lc. 10, 25-37).
A la pregunta sobre la identidad de nuestro prójimo, Jesús responde con una singular historia: el relato de un hombre que es asaltado por el camino, y que recibe socorro no de parte de la gente oficialmente religiosa, como cabría esperar, sino de un simple individuo, que, encima, es un samaritano, es decir alguien que no comulga con la fe común de los judíos.
El Buen Samaritano sigue sacudiendo la conciencia de los hombres y mujeres de hoy.
sábado, 15 de septiembre de 2018
Cada momento de la vida ...
Fosco Maraini
Para un verdadero poeta, cada momento de la vida, cada hecho, debería ser poético, ya que profundamente lo es.
Jorge Luis Borges
“Creo que, en poesía, la emoción es suficiente”.
Cuando yo escribo algo, tengo la sensación de que ese algo preexiste. Parto de un concepto general, sé más o menos el principio y el fin, y luego voy descubriendo las partes intermedias; pero no tengo la sensación de inventarlas, no tengo la sensación de que dependen de mi arbitrio; las cosas son así. Son así, pero están escondidas y mi deber de poeta es encontrarlas.
Jorge Luis Borges
miércoles, 12 de septiembre de 2018
lunes, 10 de septiembre de 2018
sábado, 8 de septiembre de 2018
Natividad de María
"María conservaba todas estas cosas
meditándolas en su corazón" (Lc 2, 19)
El espectáculo más hermoso que un pueblo puede ofrecer es, sin duda, el de
su fe. En este momento soy testigo de una conmovedora manifestación de
la fe que os anima, y ante todo quiero expresaros mi admiración. Acogí de buen
grado la invitación a venir a vuestra bellísima isla con ocasión del centenario de
la proclamación de la Virgen de Bonaria como vuestra patrona principal. Hoy,
juntamente con el espectáculo de la estupenda naturaleza que nos rodea, me
ofrecéis el de la ferviente devoción que albergáis hacia la santísima Virgen.
¡Gracias por este hermoso testimonio! Estamos en el día del Señor, el domingo,
pero, dada la circunstancia particular, la liturgia de la Palabra nos ha propuesto
lecturas propias de las celebraciones dedicadas a la santísima Virgen. En
concreto, se trata de los textos previstos para la fiesta de la Natividad de
María, que desde hace siglos se ha fijado el 8 de septiembre, fecha en la que en
Jerusalén fue consagrada la basílica construida sobre la casa de santa Ana,
madre de la Virgen. Son lecturas que contienen siempre una referencia al
misterio del nacimiento. Ante todo, en la primera lectura, el estupendo oráculo
del profeta Miqueas sobre Belén, en el que se anuncia el nacimiento del Mesías.
El oráculo dice que será descendiente del rey David, procedente de Belén como
él, pero su figura superará los límites de lo humano, pues "sus orígenes son de
antigüedad", se pierden en los tiempos más lejanos, confinan con la eternidad;
su grandeza llegará "hasta los últimos confines de la tierra" y así serán también
los confines de la paz (cf. Mi 5, 1-4).
Para definir la venida del "Consagrado del
Señor", que marcará el inicio de la liberación del pueblo, el profeta usa una
expresión enigmática: “Hasta el tiempo en que dé a luz la que ha de dar a luz"
(Mi 5, 2). Así, la liturgia, que es escuela privilegiada de la fe, nos enseña a
reconocer que el nacimiento de María está directamente relacionado con el del
Mesías, Hijo de David.
El evangelio, una página del apóstol san Mateo, nos ha presentado precisamente
el relato del nacimiento de Jesús. Ahora bien, antes el evangelista nos ha
propuesto la lista de la genealogía, que pone al inicio de su evangelio como un
prólogo. También aquí el papel de María en la historia de la salvación resalta
con gran evidencia: el ser de María es totalmente relativo a Cristo, en particular
a su encarnación. "Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo" (Mt 1, 16). Salta a la vista la discontinuidad que existe en
el esquema de la genealogía: no se lee "engendró", sino "María, de la que nació
Jesús, llamado Cristo". Precisamente en esto se aprecia la belleza del plan de
Dios que, respetando lo humano, lo fecunda desde dentro, haciendo brotar de la
humilde Virgen de Nazaret el fruto más hermoso de su obra creadora y
redentora.
Ave María, Franz Schubert
miércoles, 5 de septiembre de 2018
Los álamos de plata
Los álamos de plata
se inclinan sobre el agua,
ellos todo lo saben, pero nunca hablarán.
El lirio de la fuente
no grita su tristeza.
¡Todo es más digno que la Humanidad!
La ciencia del silencio frente al cielo estrellado,
la posee la flor y el insecto no más.
La ciencia de los cantos por los cantos la tienen
los bosques rumorosos
y las aguas del mar.
El silencio profundo de la vida en la tierra,
nos lo enseña la rosa
abierta en el rosal.
¡Hay que dar el perfume
que encierran nuestras almas!
Hay que ser todo cantos,
todo luz y bondad.
¡Hay que abrirse del todo
frente a la noche negra,
para que nos llenemos de rocío inmortal!
¡Hay que acostar al cuerpo
dentro del alma inquieta!
Hay que cegar los ojos con luz de más allá,
a la sombra del pecho,
y arrancar las estrellas que nos puso Satán.
¡Hay que ser como el árbol
que siempre está rezando,
como el agua del cauce
fija en la eternidad!
¡Hay que arañarse el alma con garras de tristeza
para que entren las llamas
del horizonte astral!
Brotaría en la sombra del amor carcomido
una fuente de aurora
tranquila y maternal.
Desaparecerían ciudades en el viento.
Y a Dios en una nube
veríamos pasar.