Canto Gregoriano.
Himno "Stella Coeli exstirpavit" para rezar en tiempo de epidemias.
Stella caeli exstirpavit
Quae lactavit Dominum
Mortis pestem quam plantavit
Primus parens hominum.
Ipsa Stella nunc dignetur
Sidera compescere,
Quorum bella plebem caedunt
Dirae mortis ulcere.
O piisima Stella Maris
A peste succurre nobis;
Audi nos, Domina;
Nam Filius tuus nihil negans
Te honorat.
Salva nos Jesu pro quibus
Virgo mater te orat!
Los versos de esta oración durante una epidemia son de una homilía sobre la Natividad de san Pedro Damasceno, Obispo de Damasco, siglo VIII. Este texto fue ofrecido en una tarjeta por san Bartolomé, que apareció en las Clarisas de Coímbra, en Portugal, mientras que la ciudad fue devastada por la peste en 1317, para que lo recitaran. El convento se salvó.
Este monasterio fue refundado en 1314 por la reina Isabel de Aragón (1271 † 1336), esposa de Denis I rey de Portugal, ella tomó el velo y murió allí. Es más conocida como santa Isabel de Portugal.
Ojalá sea efectiva, Dios lo quiera.
ResponderEliminar:)
EliminarSí, Tracy, lo será.
La oración es lo más efectivo. Cualquier oración, espontánea o, como en este caso, el Canto Gregoriano que se mantiene por siglos. Cada momento, tiene su oración cantada.
Respiración para el alma.
Un beso fuerte, Tracy.
Feliz noche.
Gracias por compartirla, Rosa.
ResponderEliminarSe pone muy seria la cosa.
Cuídate mucho.
Besos
Sí, Maite, muy serio.
EliminarQue Dios nos ayude :)
Mucho ánimo.
Muchos besos.
El canto gregoriano tiene "algo".
ResponderEliminarComo dice Maite aquí arriba, la cosa está muy seria, pero actuando con sensatez y coherencia, lo iremos conteniendo.
Cuídate, querida amiga.
Besos.
El canto de los cantos, tan sereno.
EliminarEl principio y fundamento de la música religiosa, según decía san Pablo, “cantando a Dios en el corazón”.
Sí, Verónica, sensatez y coherencia.
Cuídate, un beso.
Muy oportuna. Todo oración será poca. Dios por medio de María-Virgen nos guarde. Oremos juntos.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, querida amiga, oremos juntos.
EliminarGracias, por vuestra oración.
Un abrazo.
Confianza en Dios y en nuestra madre la virgen de Guadalupe, quien dijo: ¡No estoy yo aquí que soy tu madre! También roguemos porque el Señor nos dé el don de la conversión.
ResponderEliminarAsí es.
EliminarGracias.
Saludos.