miércoles, 16 de julio de 2008

Paladear el reposo: mermelada y salsa de grosellas


 
 
 
 

Descansaremos durante las vacaciones, es bueno paladear el reposo y olvidarnos de las prisas. Mis grosellas, frambuesas y arándanos espero que estén en todo su esplendor. Cuando regrese, subiré fotos de estos frutos. Se consumen poco y tienen cantidad de vitaminas y minerales y, además, son preciosos.

Esta mermelada, elaborada con grosellas, es deliciosa e ideal para acompañar muchos platos, como magret de pato, paté y todo tipo de carnes, sobre todo, pavo y cerdo. Los postres también son muy apropiados, en especial el yogur.
 
 
Ingredientes principales

1/2 Kg de grosellas
1/2 Kg de azúcar 
Una copa de Jerez

Preparación

Se coloca la fruta en un bol a macerar con el azúcar durante un día. 
Se pone esta mezcla en fuego suave, hasta que las grosellas se ablanden. Se revuelve con cuchara de madera. 
Colamos la preparación en un colador de agujeros muy finos. 
Una vez colada, se vuelve a poner en el fuego bajo; se revuelve con una cuchara de madera, hasta que se solidifique. 
Comprobamos la solidificación, sacando un poco de mermelada con una cuchara, la volcamos en un plato y miramos, después de un tiempo, si se endureció o no (no tiene que quedar dura, sino más bien gelatinosa). 
Cuando veamos que se empieza a solidificar, apagamos el fuego. 
Los frascos deben estar limpios. 
Los llenamos de agua caliente y cuando la mermelada esté lista, tiramos el agua caliente de los frascos y vertemos la mermelada (esto evita que la mermelada sufra el cambio de temperatura). 
Cerramos los frascos rápidamente y los damos vuelta para que se vaya el aire. Los dejamos así un tiempo y los ponemos en sentido correcto.



Una receta fácil y deliciosa



 
Pollo macerado con salsa de grosellas
Autora: Eva Arguiñano


 
Ingredientes
 
1 pollo 
200 g de grosellas 
4 dientes de ajo 
1 punta de guindilla 
hojas de lechugas variadas 
1 cucharadita de harina de maíz 
150 ml de vino blanco 
vinagre 
agua 
aceite de oliva 
sal 
especias (tomillo, orégano)

 
Preparación
 
Para la salsa, deshuesa el pollo y reserva las pechugas y los muslos por un lado y la carcasa por otro. Trocea la carcasa y dórala en una cazuela con un chorrito de aceite. Añade las grosellas, rehoga y vierte agua hasta que cubra todo. Deja reducir y cuela. Para espesar la salsa, ponla de nuevo en un cazo al fuego y lígala con la harina de maíz diluida en agua fría.

Para el majado, pon los dientes de ajo en un mortero y machácalos. Sazona, agrega una pizca de tomillo, un poco de orégano y la punta de la guindilla y sigue majando. Vierte un chorrito de aceite y machaca hasta hacer una pasta. Incorpora el vino blanco y mezcla bien.

Pon las pechugas y los muslos en una fuente amplia y salsea por encima con el majado. Tapa con un trozo de papel transparente y deja macerar durante una hora. Escurre y dora el pollo en una sartén con un poco de aceite. Retira y sazona.

Aliña las hojas de lechugas con sal, vinagre y aceite. Sirve las pechugas y los muslos de pollo macerados sobre la ensalada. Salsea por encima con la salsa de grosellas.
Otra forma de preparar la salsa de grosellas:

1. Poner en un cazo 200 g de grosellas con 1 dl y 1/2 de vino tinto. Cocerlo a fuego lento hasta que estén blandas.

2. Hacerlas puré, añadir 50 g de azúcar, disolver 1 cucharadita de Maizena en agua y añadirlo a la mezcla. Darle un hervor suave.


¡Hasta pronto!



 

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