Se acabaron las vacaciones, de nuevo a lo cotidiano. Comienzo con la figura de una pintora fascinante, como es Isabel Guerra, monja cisterciense del Monasterio de Santa Lucía, en Zaragoza.
Pintora hiperrealista, une la figura femenina a los objetos cotidianos con increíble maestría. Luz, serenidad, armonía, belleza, religiosidad, todo ello se desprende de su obra. La pintura religiosa cobra, de nuevo, protagonismo con Isabel Guerra, pues sus bodegones siguen la línea ya iniciada por Francisco de Zurbarán y Sánchez Cotán, impregnados de espiritualidad.
En la mayoría de sus obras, representa la figura femenina, sólo una pequeña muestra podemos considerarla como perteneciente al "género bodegón", de la que os ofrezco "Frutos de la sencillez", "Esplendor de lo cotidiano" y "Frutos de luz y de esperanza".
Me encanta cómo refleja el cristal, y el título de sus obras, impregnadas de poesía y luz..
Sin duda, nos encontramos con una artista genial.
Merece la pena contemplar, ¿qué os transmite?
Frutos de luz y de esperanza
Elevación de la simplicidad
Ven en ayuda de mi soledad
Meditar tus maravillas
Ven en ayuda de mi soledad
Meditar tus maravillas
El símbolo de la Luz en las cosas pequeñas
Los objetos cotidianos son fuente de luz en su pintura.
En su obra, El libro de la paz interior, pinturas y mensajes, escribe esta preciosa reflexión:
"Abramos los ojos del corazón para percibir la luz que se manifiesta en la sobriedad de la sencillez".
La profundidad de lo sencillo.
Para ver otras obras de esta extraordinaria pintora
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