domingo, 30 de septiembre de 2012

San Francisco de Asís, un santo de hoy





San Francisco, Francisco de Zurbarán


Me sé de memoria a Cristo pobre y crucificado.


San Francisco de Asís puede ser un santo de ayer pero, sin duda, es un HOMBRE Y UN SANTO DE HOY. 

Es el tipo de hombre que nos sirve de referencia hoy, porque necesitamos descubrir que podemos y debemos construir un mundo mejor.

Este hombre medieval, ha sido considerado por la UNESCO como modelo del segundo milenio.

Iniciador de la familia religiosa más numerosa de la Iglesia, ha sabido inspirar a sus hermanos y hermanas un estilo de vida, que ha hecho de ellos valiosos servidores durante estos 800 años de Familia Franciscana…

 Nos dice:

"Él me dijo que quería que yo fuera un nuevo loco en este mundo”.



San Francisco de Asís (detalle). El Greco


Así comienza la biografía de san Francisco de Asís, según su biógrafo oficial, Tomás de Celano, escrita por mandato del papa Gregorio IX.


Comienza la vida de nuestro beatísimo padre Francisco.

Capítulo I
Su género de vida mientras vivió en el siglo

1. Hubo en la ciudad de Asís, situada en la región del valle de Espoleto, un hombre llamado Francisco; desde su más tierna infancia fue educado licenciosamente por sus padres, a tono con la vanidad del siglo; e, imitando largo tiempo su lamentable vida y costumbres, llegó a superarlos con creces en vanidad y frivolidad.

De tal forma ha arraigado esta pésima costumbre por todas partes en quienes se dicen cristianos y de tal modo se ha consolidado y aceptado esta perniciosa doctrina cual si fuera ley pública, que ya desde la cuna se empeñan en educar a los hijos con extrema blandura y disolutamente. Pues no bien han comenzado a hablar o a balbucir, niños apenas nacidos, aprenden, por gestos y palabras, cosas torpes y execrables; y, llegado el tiempo del destete, se les obliga no sólo a decir, sino a hacer cosas del todo inmorales y lascivas. Ninguno de ellos se atreve, por un temor propio de su corta edad, a conducirse honestamente, pues sería castigado con dureza. Que bien lo dice el poeta pagano: «Como hemos crecido entre las maldades de nuestros padres, nos siguen todos los males desde la infancia». Este testimonio es verdadero, ya que tanto más perjudiciales resultan a los hijos los deseos de los padres cuanto aquéllos con más gusto ceden a éstos.

Mas, cuando han avanzado un poco más en edad, ellos, por propio impulso, se van deslizando hacia obras peores. Y es que de raíz dañada nace árbol enfermo y lo que una vez se ha pervertido, difícilmente podrá ser reducido al camino del bien.

Y ¿cómo imaginas que han de ser cuando estrenan la adolescencia? En este tiempo, nadando en todo género de disolución, ya que les es permitido hacer cuanto les viene en gana, se entregan con todo ardor a una vida vergonzosa. Sujetos de este modo voluntariamente a la esclavitud del pecado, hacen de sus miembros armas de iniquidad; y, no poseyendo en sí mismos ni en su vida y costumbres nada de la religión cristiana, se amparan sólo con el nombre de cristianos. Alardean los desdichados con frecuencia de haber hecho cosas peores de las que realizaron, por que no sean tenidos como más despreciables cuanto más inocentes se conservan.

2. Estos son los tristes principios en los que se ejercitaba desde la infancia este hombre a quien hoy veneramos como santo -porque lo es-, y en los que continuó perdiendo y consumiendo miserablemente su vida hasta casi los veinticinco años de edad. Más aún, aventajando en vanidades a todos sus coetáneos, mostrábase como quien más que nadie incitaba al mal y destacaba en todo devaneo. Cautivaba la admiración de todos y se esforzaba en ser el primero en pompas de vanagloria, en los juegos, en los caprichos, en palabras jocosas y vanas, en las canciones y en los vestidos suaves y cómodos; y aunque era muy rico, no estaba tocado de avaricia, sino que era pródigo; no era ávido de acumular dinero, sino manirroto; negociante cauto, pero muy fácil dilapidador. Era, con todo, de trato muy humano, hábil y en extremo afable, bien que para desgracia suya. Porque eran muchos los que, sobre todo por esto, iban en pos de él obrando el mal e incitando a la corrupción; marchaba así, altivo y magnánimo en medio de esta cuadrilla de malvados, por las plazas de Babilonia, hasta que, fijando el Señor su mirada en él, alejó su cólera por el honor de su nombre y reprimió la boca de Francisco, depositando en ella su alabanza a fin de evitar su total perdición. Fue, pues, la mano del Señor la que se posó sobre él y la diestra del Altísimo la que lo transformó, para que, por su medio, los pecadores pudieran tener la confianza de rehacerse en gracia y sirviese para todos de ejemplo de conversión a Dios.


San Francisco arrodillado en meditación, El Greco


Capítulo II
Cómo Dios visitó su corazón por una enfermedad y por un sueño

3. En efecto, cuando por su fogosa juventud hervía aún en pecados y la lúbrica edad lo arrastraba desvergonzadamente a satisfacer deseos juveniles e, incapaz de contenerse, era incitado con el veneno de la antigua serpiente, viene sobre él repentinamente la venganza; mejor, la unción divina, que intenta encaminar aquellos sentimientos extraviados, inyectando angustia en su alma y malestar en su cuerpo, según el dicho profético: He aquí que yo cercaré tus caminos de zarzas y alzaré un muro (Os 2,6). Y así, quebrantado por larga enfermedad, como ha menester la humana obstinación, que difícilmente se corrige si no es por el castigo, comenzó a pensar dentro de sí cosas distintas de las que acostumbraba. [...]

  
San Francisco de Asís recibiendo los estigmas, El Greco.
El gran tratadista del siglo XVII y suegro de Velázquez, Francisco Pacheco, afirma que es el pintor que mejor supo representar al Santo.



Capítulo III

Cómo, cambiado en el interior, mas no en el exterior,
habla alegóricamente del hallazgo de un tesoro y de una esposa


7. Cierto día en que había invocado la misericordia del Señor hasta la hartura, el Señor le mostró cómo había de comportarse. Y tal fue el gozo que sintió desde este instante, que, no cabiendo dentro de sí de tanta alegría, aun sin quererlo, tenía que decir algo al oído de los hombres [...]

 Quienes le oían pensaban que trataba de tomar esposa, y por eso le preguntaban: «¿Pretendes casarte, Francisco?» A lo que él respondía: «Me desposaré con una mujer la más noble y bella que jamás hayáis visto, y que superará a todas por su estampa y que entre todas descollará por su sabiduría». En efecto, la inmaculada esposa de Dios es la verdadera Religión que abrazó, y el tesoro escondido es el reino de los cielos, que tan esforzadamente él buscó; porque era preciso que la vocación evangélica se cumpliese plenamente en quien iba a ser ministro del Evangelio en la fe y en la verdad [...]

San Francisco de Asís. BAC, págs. 141-145





Y estos son sus consejos:

"Comienza haciendo lo necesario, después lo que es posible, y de repente estarás haciendo lo imposible".

  


“… dame Fe recta, Esperanza cierta y Caridad perfecta”.
 

”Recuerda que cuando abandones esta tierra, no podrás llevar contigo nada de lo que has recibido, solamente lo que has dado: un corazón enriquecido por el servicio honesto, el amor, el sacrificio y el valor" .


 


Y… nos ofrece su estrategia “desconcertante”: la verdad, la comprensión, la paciencia, el saber perdonar y el valor absoluto y creador de la paz.

 “Predicad con palabras si podéis. Pero predicad sobre todo con vuestra vida y vuestras obras”.




Francisco fue un hombre de silencio.
El silencio es el ambiente que nos sitúa en el horizonte de la verdad para encontrarnos con nosotros mismos y con Dios. Así, nos dice: 

“La oración es un verdadero descanso”.




Es un luminoso ejemplo de equilibrio.
Supo compaginar una asombrosa libertad personal, con una auténtica obediencia a la Iglesia.
La libertad, tal y como la entiende y practica Francisco, es perfección, es originalidad, es personalidad, es la forma más bella de existir. 




Descubrir las cosas pequeñas…nos dice san Francisco:

”Yo necesito pocas cosas, y lo poco que necesito, lo necesito poco”.
 
Nos invita a saber disfrutar de las pequeñas cosas de la vida cotidiana, a no dejarse arrastrar por la moda de un consumismo destructivo.

El "bienaventurados los pobres de espíritu" sigue siendo aún el gran ideal humano, que pocos hombres han tenido el coraje y la suerte de experimentar.




Agradecer las pequeñas GRANDES cosas…
el don de la vida… Nos invita a descubrir los valores gratuitos pero difíciles de la alegría, de la celebración de la misma vida,  recibida gratuitamente, y horizonte de las mejores posibilidades humanas.




Su fraternidad era universal, para todas las criaturas…

Disfrutaba ante una flor, se emociona ante el paisaje,  canta con los pájaros y se conmueve ante las alegrías  y las lágrimas de los hombres.
No en vano, fue proclamado por Juan Pablo II: “patrono celestial de los que promueven la ecología”. 
Su santidad estaba llena de poesía, mejor dicho, llevó la santidad a la perfección de la poesía.




Y, según su biógrafo Tomás de Celano, éstas eran sus cualidades…hermosas cualidades, para imitar…

Reflexivo. Su alma era apasionada, pero no egoísta, codiciosa ni vulgar. Había heredado la sagaz prudencia de su padre, pero no su avaricia. En él la prudencia no ponía trabas a la audacia ni al entusiasmo: no era tímido ni melancólico.
Tan positivo como su padre, era más liberal y más generoso que él. Hijo de mercader, poseía el alma de caballero. De caballero tenía además el temperamento idealista y el gentil donaire.
Era cortés y distinguido en sus modales, noble y viril, afable y liberal para con los pobres, sincero, leal, fiel y magnánimo, animoso, intrépido, decidido y pronto en la acción.
 
¡Preciosas cualidades, gracias a las cuales llegó a ser  ejemplo de multitudes!
…una personalidad fascinante y fascinada por Dios…


Basílica de san Francisco. Asís


Francisco no fue:
•un ingenuo romántico de su época
•ni un idealista exaltado e incoherente 
•ni un inconformista cómodo y de moda

Pero sí fue:
un inconformista, un idealista e incluso un romántico, que aterrizó en la vida misma, donde…
quiso estar comprometido hasta el final, especialmente con los pobres, con los más necesitados.

 Y, sobre todo, fue un hombre creyente que se tomó en serio su fe.



Muerte de San Francisco, Giotto di Bondone


Y por la hermana muerte, ¡loado mi Señor!
Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!
(San Francisco)


A Francisco le llegó “la hermana muerte”, el 3 de octubre de 1226, después de escuchar la lectura de la Pasión del Señor según San Juan, y éstas fueron sus últimas palabras, su última recomendación:

"Yo he hecho cuanto estaba de mi parte, que Cristo os enseñe a hacer lo que está de la vuestra".




Nos dice el papa Benedicto XVI, parafraseando a Dante:

 con san Francisco  “nació al mundo un sol”.


San Francisco. Escena de la donación de la capa a un mendigo, Giotto di Bondone.


El llamado pintor de san Francisco, Giotto di Bondone, plasmó en sus obras varios de los milagros atribuidos al santo.

Este vídeo muestra algunos de los más importantes acontecimientos de la vida de San Francisco de Asís, pintados por Giotto en los muros de la Basílica Superior de Asís, Italia, basado en la "Leyenda Mayor" escrita por san Buenaventura.

Las melodías que se escuchan son, en la primera parte del siglo XIII, y en la segunda del siglo XIV. Ambas propias de la misma ciudad de Asís e interpretadas por un grupo de esa cuidad.






Oración de san Francisco

Oh, Señor, haz de mí un instrumento de Tu Paz .
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar;
Ser comprendido, sino comprender;
Ser amado, como amar.
Porque es dando, que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna.
Amén.


  
El día cuatro de octubre celebraremos a san Francisco.

¡Felicidades a toda la Familia Franciscana!
PAZ Y BIEN






6 comentarios:

  1. Rosa, que entrada tan bien currada.
    Creo que san Francisco de Asís es uno de los santos más grandes que ha dado la historia de la Iglesia. Incluso para los que no tienen Fe, ha de ser un referente. Ojalá nos mirásemos en él todos.
    Tengo pendiente una visita a Asís, me encantaría conocer esa ciudad.

    Me encanta la oración de "haz de mí un instrumenteo de tu paz..."

    Que tengas una feliz semana.
    ¡Paz y bien!

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    1. No existe ningún santo tan popular como él, también entre los no cristianos; a nadie deja indiferente un alma en la que Dios lo era todo sin división, se entregó enteramente, no sólo a Cristo, sino a Cristo crucificado, una adhesión radical y sin fisuras. Repasar su vida y su evolución después de su conversión radical al Evangelio, es un verdadero ejemplo para todos. Tienes razón, ojalá nos mirásemos en él, ¡cuánto bien haría!

      Yo tampoco conozco Asís y tengo tantas ganas....

      La oración es una síntesis perfecta del ideal franciscano, pero es para todos, parece que tiene gran acogida entre las religiones no cristianas.
      Un gran santo, de obligada referencia en cualquier época; como él decía:
      “Que la paz que anuncian de palabra la tengan, y en mayor medida, en sus corazones". Ojalá...

      Muchas gracias, me ha encantado que vengas, amiga.

      Un beso. ¡Paz y Bien!

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  2. Espectacular entrada Rosa. Siento un gran amor
    a este santo, igual que a Santa Teresita del niño Jesús, que hoy celebramos.
    Los pequeños, humildes, sencillos...Dios les ama
    de una manera especial.
    ¡Muchas gracias! Dios y la Virgen te bendigan.
    Un abrazo.

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    1. ¡Hola Marian!, ¡me alegro de la coincidencia con san Francisco!
      Es verdad que Dios les ama especialmente, y Francisco le siguió abriendo su mirada a todos, pero especialmente a los más pobres, y entre ellos a los últimos: los leprosos. El beso al leproso, parece ser que fue el momento clave de su conversión.

      Muchas gracias, Marian, un beso grande.

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  3. Tienes mucha razón, Rosita. San Francisco de Asís,es un santo de hoy.
    Tu exposición es muy completa y queda retratado muy bien. Pero me quedo con su humildad, sólo comparable con la del Maestro de Galilea.
    No sólo muestra respeto, compasión y amor por sus hermanos o por las personas. Él es realmente hermano de aquellos que son considerados seres inferiores, incluidos los animales y toda la creación de Dios.
    Quizás por esa humildad de corazón, el Señor lo ha levantado como un gran ejemplo, una inspiración a través de la historia y hasta nuestros días.

    Bellísimo.
    Muchas gracias por compartirlo.
    Un abrazo grande querida amiga

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    1. Ea verdad, Clarissa, como bien dices, es realmente hermano de aquellos que son considerados seres inferiores, incluidos los animales y toda la Creación, ése es san Francisco. Un ejemplo y un referente siempre para todos.

      Muchas gracias, amiga.

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