lunes, 21 de enero de 2013

Eternidad




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Dibujo.  Jean Delville
 

“Antaño, 
cuando derramaba amargas lagrimas;
cuando, disuelta en dolor, mi esperanza se desvanecía,
estando en la estéril colina
que en estrecho y oscuro lugar albergaba la imagen de mi vida
-solo, como jamás estuvo nunca un solitario,
hostigado vivía por un miedo indecible
- sin apenas fuerzas, sólo un reflejo de la miseria. 
-Cuando buscaba auxilio a mi alrededor
-avanzar no podía, retroceder tampoco-
y un anhelo infinito me aferraba a la vida fugaz, apagada
-entonces, desde la distancia azul
-desde la altura de mi antigua dicha
descendió un estertor de desfallecimiento
-y de repente de rompió el vínculo del nacimiento
-las ataduras de la luz. 
Se desvaneció la gloria terrena y con ella mi tristeza
-la melancolía se fundió en un mundo insondable y nuevo
- y tú entusiasmo de la noche, sueño del cielo, 
viniste sobre mí
-el entorno se fue levantando lentamente
 sobre el paisaje, suspendido flotaba mi espíritu, 
libre vuelto a nacer. 
La colina se convirtió en una nube de polvo
 -a través de la nube vi los rasgos transfigurados de la amada.
En sus ojos descansaba la eternidad
-cogí sus manos, y las lágrimas se convirtieron en vinculo
centelleante, inquebrantable.
Pasaron milenios huyendo hacia la lejanía, como tempestades. 
Abrazando su cuello lloré
lágrimas extasiadas por la nueva vida.
-Fue el primero el único sueño
 -y desde entonces sólo vivo 
una fe eterna e inalterable en el cielo de la noche
y en su luz, la amada”.

Novalis

(Tercer canto de Los Himnos a la noche)
 




Con tal consuelo avanza
la vida hacia lo eterno;
un fuego interno ensancha
y da Luz a nuestra alma;
una lluvia de estrellas
se hace vino de vida,
beberemos de él
y seremos estrellas.

El Amor se prodiga:
ya no hay separación.
La vida, llena, ondea
como un mar infinito;
una Noche de gozo
–un eterno poema–
y el Sol, el Sol de todos,
será el rostro de Dios.
 
(Quinto canto de Los Himnos a la noche)

 


Los Himnos a la Noche constituyen una de las obras más hermosas del romanticismo universal. Fueron publicados en 1800. La redacción de los himnos está vinculada con la muerte de Sophie von Kühn, en 1797. Días después Novalis pierde a su hermano Erasmo. La sombra de los muertos y, sobre todo, de la muerte, se posa sobre la cornisa de la cotidianidad de Novalis. Es una colección de poemas en donde a la diurna fe de la Antigüedad se contrapone la concepción de la noche como misterio creador de la vida y de la muerte, del milagro y de la redención cristiana.



 
 

 
 

 

 

4 comentarios:

  1. Si tuviera que ponerle un calificativo a tu entrada, diría que es ELEGANTE, perfecta.Me ha gustado mucho.

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    1. Me alegro mucho de que te guste, Tracy.

      Un beso fuerte.

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  2. Respuestas
    1. Es verdad, Novalis estaba convencido de que la definitiva patria es el Cielo, y en todo momento se está bajo el cuidado del Padre. Es la esencia del Romanticismo. A mí también me encanta.

      Un beso.

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