martes, 5 de julio de 2016

Rotura y reparación





ROTURA Y REPARACIÓN




.



Atención a este graffiti, pintado sobre un muro:

Soy el hombre roto.

Porque teniendo memoria, elegí la amnesia …
Porque siendo testigo, negué haber estado …
Porque tendí mi mano, pero no la abrí …
Porque prometí, sabiendo que no cumpliría …
Porque me negué a soñar despierto …
Porque tuve miedo al miedo …
Porque conocí el mundo para no conocerme …
Porque no me atrevía morir de amor …
Porque me doblé en vez de romperme …
Porque no hice lo necesario … por eso ... soy el Hombre Roto.


La otra cara de la moneda la tenemos en esta anécdota real:

Cuentan que un gran santo contemporáneo dedicaba su día, a innumerables actos de amor y de caridad, que llenaban prácticamente todas sus horas. Tanta era su dedicación que, prácticamente, todos los que le rodeaban estaban lógicamente preocupados por su salud, ante tanto trabajo, físico, psíquico y espiritual. Así, uno de aquellos, no tardó en preguntarle:

- ¿Está cansado?
La respuesta fue tan sencilla como inesperada.
- No lo sé, no me doy cuenta.


Y es que cuando uno gasta su vida dando Amor, aunque la carne es débil, Dios otorga el añadido, que hasta es capaz de saltarse el cansancio a la torera.

Cuando esto ocurre, ya nunca más hay “hombres rotos” sino hombres nuevos, ascendidos, inmortales… ¡plenos ...!

Como el modelo:








Besiños enormes.








10 comentarios:

  1. No comprendo el porqué sale doble Linkwithin.
    Lo he tratado de arreglar, pero no funciona.
    Bueno, lo importante es esta entrada de Hoja, que nos deja Militos, y que no tiene desperdicio.
    Gracias, mi querida Capitana.
    Gracias, Hoja.

    ResponderEliminar
  2. Me encanta el graffiti.
    BEsos, Rosa.

    ResponderEliminar
  3. Un texto estupendo para recapacitar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, para recapacitar.

      Un beso fuerte, querida Tracy.

      Eliminar
  4. La grandeza del Hombre Roto reside en su toma de conciencia.
    Esto me lleva a decir que una vez que somos conscientes, solo queda obrar y actuar en consecuencia.
    He conocido a santos y santas anónimos. Sus ejemplos deberían ser nuestras guías.
    Cuando te das al otro, ayudando en lo que puedas, sin esperar nada, es decir, sin ego, la vida se vuelve pura energía benéfica.

    Besos, querida Rosa, y gracias por esta entrada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. :)
      Completamente de acuerdo, querida Verónica.

      ¡Un beso!

      Eliminar
  5. Sí.
    Es un texto para pensar.
    Gracias, Rosa, a Militos y a Hoja...
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, lo textos de Hoja siempre ayudan mucho.

      Gracias a ti, querida Maite.

      Un beso.

      Eliminar