Cuenta el escritor J.L. Martín Descalzo que cuando escuchó tocar el violín por primera vez al artista Itzhak Perlman aquello le pareció una maravilla.
Pero cuando le vio incorporarse dolorosamente, sostenido por dos muletas, las causas de admiración fueron la técnica, la belleza del arte y su coraje. Perlman era poliomelítico.
Y pensé -escribe- qué lucha habrá tenido que mantener para llegar a ser el milagroso artista que hoy es. El hombre es casi omnipotente. Admiro a quienes logran superar la amargura y cuyo coraje es más fuerte que su enfermedad.
Es impresionante, me ha emocionado mucho; Es una prueba de que querer es poder y de qué forma!!
ResponderEliminarPienso como nuestro gran Martín Descalzo.
Rosa que grande es Dios que nos da su fuerza para todo lo bueno y nos procura amigos para el camino, amigas como tú.
Un beso, querida amiga.
Un beso para ti, querida amiga.
EliminarEs verdaderamente admirable. Toda una lección de superación que nos anima a todos.
ResponderEliminarEs mi violinista preferido, encuentro que cualquier pieza interpretada por él suena mejor.
Gracias por traerlo hoy aquí.
Que tengas una buena semana, amiga.
Es verdad, con él, el violín habla, deja su alma.
EliminarBuena semana para ti también, querida amiga.
Un afán de superación ejemplar.
ResponderEliminarLo mismo pienso.
EliminarUn beso fuerte, querida amiga.