Interesantísimo. Sin desperdicio.
De la muerte de Dios y el nihilismo, hasta la muerte del propio hombre.
Los 3 primeros minutos de la conferencia están en francés.
Conferencia sobre la "ideología de género" impartida por el Cardenal Prefecto para la Congregación del Culto Divino, Mons. Robert Sarah; pronunciada el 24 de mayo de 2016 en el Palacio de Congresos de Ávila.
Y ya ves, Rosa, lo que esta pasando con nuestro Cardenal Cañizares por decir las cosas como son
ResponderEliminarBesiños, querida Rosa
Sí, Militos. Los creyentes, de cualquier religión, tienen derecho a expresar sus ideas en público como el resto de ciudadanos, y más aún sus representantes y pastores. No podemos dejar que se nos silencie, pues nuestro silencio supondría la imposición de un pensamiento único contrario a la libertad.
EliminarParece ser que el derecho de libertad de expresión, más que un derecho es ahora un privilegio, y que sólo lo pueden ejercer determinados grupos. Para los demás constituye un delito si no opinan como ellos. Menos mal que el juez ha desestimado la causa.
Cañizares es un valiente ante tanta tibieza. Se han manipulado sus palabras al gusto del consumidor, como siempre sucede en estos casos, pura demagogia.
Llamar al pan, pan, y al vino, vino, ahora resulta que es lanzar mensajes de odio. Mónica Oltra, la vicepresidenta, hasta se ha permitido tutelar al arzobispo. Es de locos.
Gracias, Cardenal, hoy se lleva más mirar para otro lado para que no se nos vea. Gracias.
Como dejó escrito el cardenal Ratzinger, antes de ser elegido como Benedicto XVI: “La ideología de género es la última rebelión de la criatura contra su condición de criatura. Con el ateísmo, el hombre moderno pretendió negar la existencia de una instancia exterior que le dice algo sobre la verdad de sí mismo, sobre lo bueno y sobre lo malo. Con el materialismo, el hombre moderno intentó negar sus propias exigencias y su propia libertad, que nacen de su condición espiritual. Ahora, con la ideología de género el hombre moderno pretende librarse incluso de las exigencias de su propio cuerpo: se considera un ser autónomo que se construye a sí mismo; una pura voluntad que se autocrea y se convierte en un dios para sí mismo”.
Besiños cómplices, querida Militos, del alma.