El «Rorate caeli» o «Rorate coeli» está considerado una de las más bellas y sublimes composiciones no solo de Adviento, sino de todo el repertorio litúrgico de la historia del cristianismo. Sus versos vienen del libro del profeta Isaías (45, 8), en que se suplica:
«¡Que los cielos, desde las alturas, derramen su rocío; que las nubes hagan llover la victoria; ábrase la tierra y brote la felicidad y, al mismo tiempo, ella haga germinar la justicia! Soy yo, el Señor, la causa de todo eso».
Toda la Teología más profunda en su misterio se resume en este sencillo y profundo canto de Adviento.
Rorate caeli
Rorate caeli desuper et nubes pluant justum
(Derramad, oh cielos, vuestro rocío de lo alto, y las nubes lluevan al Justo)
Ne irascaris Domine, ne ultra memineris iniquitatis:
ecce civitas Sancti facta est deserta:
Sion deserta facta est: Jerusalem desolata est:
domus sanctificationis tuae et gloriae tuae,
ubi laudaverunt te patres nostri.
(No te enfades, Señor, ni te acuerdes de la iniquidad.
Eh aquí que la ciudad del Santuario quedó desierta:
Sión quedó desierta; Jerusalén está desolada.
La casa de tu santidad y de tu gloria,
Donde nuestros padres te alabaron)
Rorate caeli desuper et nubes pluant justum.
(Derramad, oh cielos, vuestro rocío de lo alto, y las nubes lluevan al Justo)
Peccavimus, et facti sumus tamquam immundus nos,
et cecidimus quasi folium universi:
et iniquitates nostrae quasi ventus abstulerunt nos: abscondisti faciem tuam a nobis,
et allisisti nos in manu iniquitatis nostrae.
(Pecamos y nos volvimos como los inmundos,
Y caímos, todos, como hojas.
Y nuestra iniquidades, como un viento, nos dispersaron.
Ocultaste de nosotros tu rostro
Y nos castigaste por mano de nuestras iniquidades)
Rorate caeli desuper et nubes pluant justum.
(Derramad, oh cielos, vuestro rocío de lo alto, y las nubes lluevan al Justo)
Vide Domine afflictionem populi tui,
et mitte quem missurus es:
emitte Agnum dominatorem terrae,
de Petra deserti ad montem filiae Sion:
ut auferat ipse iugum captivitatis nostrae.
(¡Mira, Señor, la aflicción de tu pueblo,
Y envíale a Aquel que vas a enviar!
Envíale al Cordero dominador de la tierra
Del desierto de piedra al monte de la hija de Sión
Para que Él retire el yugo de nuestro cautiverio)
Rorate caeli desuper et nubes pluant justum.
(Derramad, oh cielos, vuestro rocío de lo alto, y las nubes lluevan al Justo)
Consolamini, consolamini, popule meus:
cito veniet salus tua:
quare maerore consumeris, quia innovavit te dolor?
Salvabo te, noli timere, ego enim sum
Dominus Deus tuus, Sanctus Israel, Redemptor tuus.
(Consuélate, consuélate, pueblo mío,
¡En breve ha de llegar tu salvación!
¿Por qué te consumes en la tristeza, por qué tu dolor?
¡Yo te salvaré, no tengas miedo!
Porque Yo soy el Señor, tu Dios,
El Santo de Israel, tu Redentor)
Rorate caeli desuper et nubes pluant justum.
(Derramad, oh cielos, vuestro rocío de lo alto, y las nubes lluevan al Justo)