"La ocasión para renovar el espíritu de oración y penitencia es el santo tiempo de Cuaresma, en el que este año volvemos a encontrarnos. Tiempo de Cuaresma en el cual la santa Iglesia nos recuerda incesantemente el ayuno, la penitencia, la oración.
La ocasión propicia para renovarnos y enfervorizarnos es ésta: la santa Cuaresma; una Cuaresma más para seguir a Jesucristo paciente, ¿será la última?
Entremos en la Cuaresma, pero para entrar debemos pedirlo con fe y confianza, como el ciego de Jericó (Lc 18, 35-43). La Iglesia nuestra madre, con moción del Espíritu Santo, nos invita en este santo tiempo a un seguimiento de Cristo en su pasión y en su muerte de cruz. Este llamamiento ya nos dice por sí que es tiempo de especiales gracias; pero todos sabemos que la gracia se adquiere por la oración humilde, la compunción sincera, la penitencia salvadora.
Clamemos una y otra vez sin cansarnos: "Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí", para que Jesús, por nuestra fe y confianza, ponga a nuestra disposición su omnipotencia con la bendita palabra : "¿Qué quieres?".
Es penitencia muy saludable la del fiel cumplimiento del deber en todas y en cada una de sus partes, la práctica de la caridad más fina y exquisita, el dominio del carácter hasta llegar a ser, por amor a Jesucristo crucificado, mansos y humildes de corazón.
Durante este santo tiempo rezad o cantad con gran devoción las oraciones más indicadas por la Iglesia: el Miserere, tan llenos de acentos de compunción; el Parce, Domine, parce populo tuo ... que arranca lágrimas de dolor; el Attende, Domine, que es una súplica doliente. Repetid muchas veces el Stabat Mater a nuestra Señora y recorred con verdadera piedad las estaciones del Via Crucis. Todo ello recoge y eleva, mantiene el espíritu en los saludables sentimientos de dolor y penitencia y nos hace vivir nuestra Cuaresma, para llegar purificadas y limpias al día santo y glorioso de la Resurrección".
María Josefa Segovia, La gracia de hoy,
Ed. Narcea, Madrid, 2012, págs. 107-108
Las seis semanas de Cuaresma preparan para la Pascua, que es el corazón de todo el año litúrgico y la síntesis de todos los misterios de la salvación. Estos cuarenta días recuerdan los cuarenta días de Jesús en el desierto, de su lucha con el tentador y de su victoria. En el desierto Jesús es alimentado por la Palabra de Dios con una escucha más atenta y profunda. Nos acercamos a la Palabra para recibir la fuerza de seguir a Jesús. Esta Palabra se nos da en la Eucaristía, Pan vivo que nos sostiene a lo largo del Camino.
La Cuaresma es tiempo de volver a Dios (...)
"Miserere mei, Deus", Gregorio Allegri
Sí, hoy es Miércoles de ceniza, el de toda la vida,
ResponderEliminarSí, el de toda la vida y nuevo cada año.
EliminarUn beso fuerte, Tracy.
La Cuaresma en Noruega debe ser bellísima.
ResponderEliminarBesos.
:)
EliminarEn Noruega y en cualquier lugar.
¿No?
Hoy igual que ayer, pero nunca igual.
:)
Un beso, Toro.
Sabes que no soy creyente, pero esto no me impide disfrutar de esa música que te eleva.
ResponderEliminarSé que eres consecuente y coherente, por o que te deseo una buena Cuaresma.
Besos, querida amiga.
También te la deseo a ti.
Eliminar:)
Somos invitados todos, la invitación al cambio, la renovación, la conversión, es para todos.
Un beso, querida amiga :)
Por eso estamos llamados a hacer del desierto un jardín...
ResponderEliminarUn beso muy fuerte, Rosa. Feliz inicio de semana.
Un jardín lleno de vida.
Eliminar:)
Un beso muy fuerte, Maite.
Buena semana.