Fachada de la Natividad. Rosario gigante en el Portal de la Caridad.
Sagrada Familia (Barcelona). Antonio Gaudí
"El Rosario es el puente de comunicación entre Dios y el
hombre, entre el Creador y la creatura, y este puente
es Jesús. Sin Él nadie puede atravesar el abismo que va
de la nada, que es el hombre, a la infinitud divina.
Y Santo Domingo hizo que ese puente fuera transitable
para todos".
Josep Torras i Bages (1846-1916),
L'etern Rosari [El eterno Rosario]
L'etern Rosari [El eterno Rosario]
Antonio Gaudí era un gran devoto de la Virgen María y rezaba diariamente el Rosario, devoción que traspasó la intimidad de la oración personal para quedar reflejada en sus obras. Cuenta Juan Matamala, hijo del escultor que acompañó a Gaudí buena parte de su vida, que ambos rezaban diariamente el Rosario durante los años que convivieron en el Parque Güell. Hoy en día, muchas personas no comprenden una serie de bolas enormes que siembran el Parque Güell. Se trata de un rosario disperso que permitía al arquitecto y sus amigos pasear y rezar sin descontarse.
En la Sagrada Familia, en la Fachada del Nacimiento -la única que terminó Gaudí-, se pueden encontrar, rodeando las escenas, las cuentas del Rosario.
"El Portal del Rosario, nos dice José Manuel Almuzara en su obra De la piedra al maestro, fue lo primero que Gaudí terminó, no era necesario en aquella época, pero quería darnos este mensaje, como un plano general del templo. Es el testamento más importante de Gaudí y tenemos que saberlo comprender y comunicar; no construimos nuestro templo, sino el templo de Dios".
Puerta dela Virgen del Rosario. Sagrada Familia. Antonio Gaudí
También el claustro del templo se inicia con la puerta del Rosario, en la que se encuentra una representación de la Virgen con Santo Domingo y Santa Catalina. En el muro contiguo se representa la muerte de los justos precedida por las palabras Ave María, así como las tentaciones que se pueden superar rezando el Rosario.
Emilia Capdevila, vecina de la sobrina de Gaudí en Reus, recordaba cuando fue a Barcelona que «un domingo mi madre y yo fuimos a visitar el templo y vimos a Gaudí en una cripta de rodillas rezando el Rosario, pero no lo quisimos molestar y nos fuimos».
Era devotísimo de la Sagrada Familia, y especialmente de San José. Si alguien le preguntaba cómo sería posible concluir el templo de la Sagrada Familia, el gran sueño de siempre en su vida ("Tengo sesenta y cuatro años - dijo un día - , y la mitad de ellos los he empleado en este templo, y ahora soy ya su portero…"), en seguida les contestaba: "No se apure: San José es un santo que tiene muchos recursos".
En esta obra se observa la capacidad de Gaudí de plasmar el cristianismo con una belleza especial y en un contexto especialmente difícil. De hecho, cuando empezó con la Sagrada Familia, no era católico practicante (...) Cuando tenía que proyectar una casa para la burguesía, primero se interesaba por sus dueños, por quién iba a vivir allí. Cuando en 1833 le ofrecen la Sagrada Familia, sigue esta lógica y empieza a relacionarse con el dueño de esa casa, con Dios. Al menos eso es lo que él mismo escribe, nos dice Joan Aicart, fundador de la asociación Trencadís.
Etsuro Sotoo, uno de los escultores de la Sagrada Familia, sí se convirtió al cristianismo cuando trabajaba en ella. Él cuenta que, en un principio, lo hacía mirando la piedra, hasta que, en un momento dado, se planteó observar hacia dónde miraba Gaudí. Al ver que este no trabajaba mirando la piedra, sino a Dios, Sotoo también comenzó a mirar al mismo lugar.
Se le conocía como “el arquitecto de Dios”. Y ello se refleja especialmente en este templo, que además de ser una obra maestra de la arquitectura, también es un catecismo en piedra, porque en sus fachadas se repasa la vida de Jesús. Así, José Manuel Almuzara, presidente de la Asociación Pro Beatificación Antoni Gaudí, dice:
"Que cada uno use el don que Dios le ha dado. La realización de esto es la máxima perfección social", dejó escrito Gaudí.
Etsuro Sotoo, uno de los escultores de la Sagrada Familia, sí se convirtió al cristianismo cuando trabajaba en ella. Él cuenta que, en un principio, lo hacía mirando la piedra, hasta que, en un momento dado, se planteó observar hacia dónde miraba Gaudí. Al ver que este no trabajaba mirando la piedra, sino a Dios, Sotoo también comenzó a mirar al mismo lugar.
Se le conocía como “el arquitecto de Dios”. Y ello se refleja especialmente en este templo, que además de ser una obra maestra de la arquitectura, también es un catecismo en piedra, porque en sus fachadas se repasa la vida de Jesús. Así, José Manuel Almuzara, presidente de la Asociación Pro Beatificación Antoni Gaudí, dice:
“Las miles de personas que van cada día a ver el templo expiatorio de la Sagrada Familia se dan cuenta de que detrás de ese edificio maravilloso hay un hombre muy cristiano. Y cada vez son más las personas que descubren que esa arquitectura les lleva a Dios, más o menos consciente o inconscientemente, pero que esa arquitectura les lleva a Dios”.
"Que cada uno use el don que Dios le ha dado. La realización de esto es la máxima perfección social", dejó escrito Gaudí.
Sábado, día del Rosario bloguero.
Buen día.
Espectacular entrada Rosa:¡¡ Preciosa !! ¡Feliz Domingo de la ASCENSIÓN del Señor !
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.!!!
Es un mensaje maravilloso el que nos dejó Gaudí en este templo.
Eliminar¡Feliz domingo de la ASCENSIÓN para ti también, querida amiga!!!
¡Muchos besos!
¡¡¡Gracias, por el Himno de Laudes!!!, querida Marian.
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