Vitral de la Capilla del Rosario de Vence. Árbol de la vida (detalle)
"Todo arte digno de ese nombre es religioso. Ya sea que esté hecho de líneas o de colores, si esta creación no es religiosa, no es arte. No es más que un documento, una anécdota”.
Henri Matisse
Saint Paul de Vence es una pequeña localidad francesa situada en la Costa Azul a los pies de los Alpes. En ella se encuentra una capilla dedicada al Rosario, cuyo diseño se debe a Henri Matisse.
La Capilla del Rosario de Vence fue el fruto de una gran amistad.
Matisse ingresó en el hospital de Lyon en 1941 para someterse a una delicada operación de cáncer intestinal y, temiendo un pronto final, escribió: “amo a mi familia verdadera y profundamente”. No podía imaginarse que aquella operación le regalaría “una segunda vida”, en la que una mujer jugaría un papel decisivo para su felicidad personal y su legado artístico.
Fue la estudiante de enfermería Monique Bourgeoisle, quien le cuidó durante su convalecencia. Entre ellos surgió una gran amistad basada en el profundo afecto que se tenían. Algún tiempo después, Monique llegaría a convertirse en la hermana Jacques-Marie.
Monique encontró en el pintor una férrea oposición a su propósito de convertirse en monja. No obstante, cuando Matisse supo que la orden de monjas dominicas de Saint-Paul-de-Vence -a la que pertenecía Jacques-Marie-, no disponía de capilla propia, se dispuso a diseñar y financiar la que se convertiría en el legado más vivo de su obra; a ella se dedicó con entusiasmo, pese a los comentarios de Pablo Picasso, que horrorizado le espetó: “¡Una Iglesia!, ¿Por qué no un mercado? Así al menos podrías pintar frutas y verduras”.
El mismo Matisse afirmó:
“Esta obra ha supuesto cuatro años de trabajo continuado y es el resultado de toda mi vida activa. Pese a todas sus imperfecciones, la considero mi obra maestra”.
Y esta obra se convirtió en su testamento espiritual.
La capilla es muy austera, sin artificio, con tres murales en blanco y negro de factura minimalista:
- El Vía Crucis y la Virgen con el Niño, donde Jesús aparece abriendo los brazos como queriendo abarcarnos a todos.
- Y el dedicado a santo Domingo de Guzmán, fundador de la orden de los predicadores dominicos en el sigo XII.
Cuenta también con tres conjuntos de vidrieras. En los tres conjuntos únicamente se utilizan tres colores: un amarillo intenso, que representa el sol, un verde intenso la vegetación y un azul intenso por el agua (mar mediterráneo) y el cielo.
Vitral de la Capilla del Rosario de Vence. Árbol de la vida
Durante largo tiempo, Matisse meditó la temática que iba a utilizar para las vidrieras, hasta que se decantó por el pasaje del Apocalipsis de san Juan: “En medio de la calle y a un lado y otro del río había un árbol de la vida que daba doce frutos , cada fruto en su mes, y las hojas del árbol eran saludables para las naciones “. Según por sus propias palabras, el árbol de la vida es una alegoría de la edad de oro del hombre.
Cuando completó el trabajo de la capilla en 1951, tres años antes de su muerte, dijo:
"¿Creo en Dios?", preguntó en voz alta en una ocasión. "Sí, creo, cuando estoy trabajando. Cuando soy sumiso y modesto me siento rodeado por alguien que me hace hacer cosas de las que no soy capaz".
La capilla fue bendecida el 25 de junio de 1951, tres años antes de la desaparición del pintor, que en aquella ocasión escribió al obispo de Niza: "Excelencia, le presento con toda humildad la capilla del Rosario de las dominicas de Vence. Le pido que me disculpe por no haber podido presentarle yo mismo este trabajo a causa de mi edad y de mi salud. La obra ha requerido cuatro años de un trabajo exclusivo y asiduo, y es el resultado de toda mi vida activa. La considero, a pesar de todas sus imperfecciones, mi obra maestra. Ojalá el porvenir pueda dar la razón a este juicio mediante un creciente interés, incluso más allá del significado más alto de este monumento. Cuento, Excelencia, con vuestra vasta experiencia de los hombres y con vuestra profunda sabiduría para que juzguéis un esfuerzo que es el resultado de una vida consagrada a la búsqueda de la verdad".
No parece poco para quien cuarenta años antes había afirmado:
"Yo sueño un arte equilibrado, puro, tranquilo, sin sujeto inquietante o preocupante, que sea para cualquier trabajador intelectual, para el hombre de negocios o para el literato, por ejemplo, un lenitivo, un calmante cerebral, algo análogo a una buena poltrona donde reposar de sus fatigas físicas".
Os dejo un enlace de un reportaje de la BBC donde se describe la capilla; las imágenes hablan por sí solas.
Sábado, día del Rosario bloguero.
Feliz día.
Quedo maravillada, te confieso que no tenia a Matisse en mucho aprecio, la verdad es que conocía poco de él, si algunas pinturas suyas.
ResponderEliminarTu magnífico reportaje me deja perpleja de manera muy positiva, como acierta cuando dice que todo Arte es religioso, no sabía que él lo era de esta manera.
La vidriera me encanta y la sencillez de la Capilla impresiona.
Este post es muy valioso y precioso, Rosa.
He estado muy ocupada de nietos los últimos días del campo y al llegar a Madrid, pero ellos me hacen olvidar mis dolores, son como el azul de las obras de Matisse, jaja...
Miles de BESIÑOS, amiga del alma y del Arte
Sí, fue su última obra. La hermana Jacques-Marie, convenció a la congregación para que fuera Matisse quien se encargara de ella. En principio, no lo veían bien. Pero esta obra significó en su vida todo, fue su testamento artístico y espiritual. Los caminos de Dios son inescrutables
EliminarEs maravillosa en su sencillez. Comunica lo esencial.
Jajaja, es que tus nietos son unos soles, no me extraña nada, jajaja ...
Besiños, mi compañera y amiga del alma, cuánto me enseñas, eres tan cielo como el azul de Matisse, de tal abuela, tales nietos ...
Nadie puede quedar indiferente ante el Rosario, es milagroso.
me encantó la pagina pero no me pude hacer miembro ya que me dice que esta página no existe
ResponderEliminar