La escuché este verano en un marco incomparable: la Colegiata de Santa María de Arbas. Una de las obras más hermosas de Chopin: Tristeza, bellísima (Estudio Opus 10 nº 3).
Lo que hace este estudio particularmente notable es la nostalgia y la emoción que fluyen a través de la música. Se dice que Chopin consideró esta obra como la más íntima de cuantas compuso, y proclamó que "nunca en toda mi vida he sido capaz de encontrar de nuevo una melodía tan hermosa". Durante una lección con su discípulo Adolf Gutmann, Chopin comenzó a llorar y gritó: "¡Oh, mi patria!". Es una de las mejores expresiones del amor que sentía por su Polonia natal.
ROSAAA!!
ResponderEliminarMuy bonito el blog.
Feliz año!! espero que lo hayáis pasado bien, por aquí no hay mucha nécora..
Me gustan las fotos, y el cuandro maya de la mujer haciendo chocolate.
Si tienes cuenta de email te escribo más cosas!
Un beso!
Ruth.