Crónica de nuestra cena
Ayer, 28 de abril, nos reunimos todos los primos en nuestra cena anual.
Como siempre, lo pasamos muy bien, nos reímos, recordamos tiempos pasados cuando jugábamos en casa de los abuelos; subíamos a las "montañas de arena" de la fábrica, hacíamos "guerras de agua" con las botellas de lejía, bailábamos, jugábamos a los "espías", trepábamos por las "montañas" de sacos de botellas (eso nos encantaba a todos, por unanimidad)... ¡qué bien lo pasábamos! Cada uno iba recordando sus juegos en la casa/fábrica de la abuela Epifanía y el abuelo Victorino.
También recordábamos las conversaciones, lo que decíamos (las disquisiciones sobre el politeísmo en la "discoteca Borka's" en casa de mis primos), ¡qué risa Agus!
Fue una cena entrañable, como siempre; se nota que nos gusta estar juntos, que nos alegramos de vernos, y esto es precioso ¡somos un montón! y...alrededor de la mesa otro año más reunidos...
A los abuelos seguro que les hace mucha ilusión vernos así.
La cena (también por unanimidad) fue exquisita, en un sitio precioso, el Restaurante Zuloaga de León, en pleno casco histórico, ¡muchas felicitaciones a los encargados de prepararla este año!, estupenda.
Dejo el menú, por aquello de que éste es un blog, entre otras cosas, de cocina: ensalada tibia Zuloaga ¡riquísima! (lechuga, nueces, pasas, perdiz (creo), y queso de cabra a la plancha coronando la ensalada, con vinagre de Módena), fritos de rape (pixín) al estilo asturiano, en su punto, pulpo con cachelos, mollejas de cordero a la plancha, crocantes con foie, ¡exquisitos!, merluza del Cantábrico con vieiras o entrecote con salsa de Valdeón y, casi casi, imposible más, la tarta de queso.
Después cada uno dejó su mensaje en el libro de actas, que tenemos preparado para la ocasión.
Este año bailamos poco, porque la música que nos pusieron no era de las que nos hace "saltar a todos a la pista", pero sí hubo una canción que nos gustó mucho ¡a bailar! (Ruchi se acuerda de todas las canciones ¡lo vive!):
¡mi gran noche!
(...) era, será esta noche ideal
que ya nunca se olvida
podré reír, y cantar y bailar
disfrutando la vida.
Olvidaré la tristeza y el mal
y las penas del mundo
y escucharé los violines cantar
en la noche sin rumbo...
Para el próximo año le tocó la preparación a Orlando (Orlandito para nosotros, lo que de pequeño se aprende...no se olvida). Es tan entrañable que ya estaba preocupado por escoger un sitio bonito; seguro que acierta.
¡Qué risa pasamos con Pedro y su crucero por el embalse de Riaño!, es genial (dice que para celebrar el quinto aniversario de la cena lo mejor es un crucero por el embalse).
Gracias a todos por esta noche tan bonita ( los nombres tal como nos decimos nosotros):
Agus, Parral, Edu, Orlandito, Mari Mar, Pablito, Pili, Tori junior, Mariel, Boris, Rebeca, Pilina, Rosa Mari, Pedro, Carlos, May, Ana, Alberto, Ruchi y Rosa.
Un beso fuerte para los que no pudísteis venir este año, os echamos de menos.
¡Hasta pronto!, ¡las fotos hay que subirlas al blog!
¡Un beso!