Resurrección (detalle). Giotto
“Si Cristo no hubiera resucitado, vana seria nuestra fe”.
(I Corintios 15,14)
En el ámbito de los acontecimientos pascuales, el primer elemento ante el que nos encontramos es el 'sepulcro vacío'. Sin duda no es por sí mismo una prueba directa. La ausencia del cuerpo de Cristo en el sepulcro en el que había sido depositado podría explicarse de otra forma, como de hecho pensó por un momento María Magdalena cuando, viendo el sepulcro vacío, supuso que alguno habría sustraído el cuerpo de Jesús (Cfr. Jn 20, 15). Más aún, el Sanedrín trató de hacer correr la voz de que, mientras dormían los soldados, el cuerpo había sido robado por los discípulos. 'Y se corrió esa versión entre los judíos, (anota Mateo) hasta el día de hoy' (Mt 28, 12-15).
A pesar de esto el 'sepulcro vacío' ha constituido para todos, amigos y enemigos, un signo impresionante. Para las personas de buena voluntad su descubrimiento fue el primer paso hacia el reconocimiento del 'hecho' de la resurrección como una verdad que no podía ser refutada.
6. Así fue ante todo para las mujeres, que muy de mañana se habían acercado al sepulcro para ungir el cuerpo de Cristo. Fueron las primeras en acoger el anuncio: 'Ha resucitado, no está aquí... Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro...' (Mc 16, 6-7). 'Recordad cómo os habló cuando estaba todavía en Galilea, diciendo: !Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado, y al tercer día resucite!. Y ellas recordaron sus palabras' (Lc 24, 6-8).
Ciertamente las mujeres estaban sorprendidas y asustadas (Cfr. Mc 24, 5). Ni siquiera ellas estaban dispuestas a rendirse demasiado fácilmente a un hecho que, aun predicho por Jesús, estaba efectivamente por encima de toda posibilidad de imaginación y de invención. Pero en su sensibilidad y finura intuitiva ellas, y especialmente María Magdalena, se aferraron a la realidad y corrieron a donde estaban los Apóstoles para darles la alegre noticia.
El Evangelio de Mateo (28, 8-10) nos informa que a lo largo del camino Jesús mismo les salió al encuentro les saludó y les renovó el mandato de llevar el anuncio a los hermanos (Mt 28, 10). De esta forma las mujeres fueron las primeras mensajeras de la resurrección de Cristo, y lo fueron para los mismos Apóstoles (Lc 24, 10). ¡Hecho elocuente sobre la importancia de la mujer ya en los días del acontecimiento pascual!
(Catequesis de Juan Pablo II sobre la Resurrección)
La Resurrección. Giotto
Desde el principio del cristianismo la mujer se significó por su fe extraordinaria. Al Salvador lo acompañan durante su vida suministrando el alimento y sirviéndole; en el momento de la muerte están allí al lado de la Cruz con María, mientras los apóstoles y discípulos se esconden.
Ellas corren presurosas al sepulcro; ellas anuncian la Resurrección, fundamento de nuestra fe, y ellas desde entonces y para siempre, ya con su sangre, ya con su sacrificio, ora entregando sus casas para hacer de ellas iglesias o de mil maneras tan prodigiosas como el amor que a Jesús profesaban, son el sostenimiento de la naciente Iglesia [...]
Y si de aquellas remotas épocas del cristianismo venimos a los últimos tiempos, encontraremos pasando en claro siglos y personas, a san Francisco y santa Clara, san Juan de la Cruz y santa Teresa, san Francisco de Sales y santa Juana Fremiot. San Vicente de Paúl, que hasta para la reforma del clero se vale del valioso concurso de la mujer[...]
A una mujer debió el mundo el Hombre Dios; por las mujeres se propaga y perpetúa el cristianismo en el mundo. Yo me atrevería a seguir diciendo, y si ésta fue siempre una verdad innegable de la que da cumplido testimonio la historia, (…) hoy, en la época actual, la influencia más decisiva en favor del cristianismo, es la de la mujer; el apostolado más fecundo y la fuerza más potente de la Iglesia de Cristo en la tierra, está en manos de la mujer católica.
Cuando la corrupción espantosa del mundo llegó a su apoteosis, apareció María y nos dio a Jesús, Salvador de aquel mundo corrompido; ahora la mujer cristiana imitadora de las virtudes de la Virgen de Nazaret y unida a ella por la oración y las virtudes, trae al mundo la buena nueva del ejemplo, y con su infatigable apostolado sostiene la doctrina y la virtud del Evangelio en medio de una sociedad paganizada. Y es [que], como dice Bossuet, habiendo Dios querido darnos una vez a Jesucristo por medio de la Santísima Virgen, este orden no se cambia jamás, pues Dios nunca se arrepiente de sus dones.
(San Pedro Poveda. Las primeras cristianas. 1911)
El ángel les dice a las mujeres "¡No teman!". Y después, el mismo Jesús les vuelve a repetir:
"¡No tengan miedo!".
Este es el gran mensaje de Pascua, para todos: "¡No tengan miedo!".
* Dedicado especialmente a una mensajera maravillosa en el mundo de las redes sociales.
Gracias.
Aunque para mí no es el mensaje, me viene como anillo al dedo, porque soy la reina de los miedos.
ResponderEliminarFeliz Pascua y gracias.
Grandes las palabras de un hombre grande, san Pedro Poveda.
ResponderEliminar¡Y pensar que aún se pone en duda el papel fundamental de la mujer en la Iglesia!
¡Un millón de gracias por esta preciosa entrada y por todo!
Sí Tracy, el mensaje es para todos, sin distinción, todos estamos incluidos.
ResponderEliminarGracias a tí comencé a navegar por la red, porque me hiciste pararme a pensar, con tu premio, en los blogs que me gustaban especialmente, y gracias a tí descubrí a personas estupendas.
¡¡Fíjate si te tengo que dar gracias!!!.
¡¡¡Feliz Pascua Tracy!!!, sin miedo. No reflejas miedos, reflejas ternura.
Un beso fuerte, fuerte.
Si, es verdad, tuvo una enorme visión de futuro sobre el papel de la mujer en la sociedad y en la Iglesia.
ResponderEliminarAvanzaremos, sin miedo, hoy nos lo recuerda especialmente.
Gracias a tí por tu maravilloso blog, hoy también especialmente.
Un beso.
Y gracias a las dos,¡qué alegría que estéis hoy y aquí juntas!.
ResponderEliminarSin vosotras probablemente no hubiera descubierto tantas cosas preciosas en la red; gracias por "abrir puertas".
Con mucho cariño
Gracias por tu amable comentario, guapa, vengo a desarte un hermoso Tiempo de Pascua! Tus entradas fantásticas como siempre, eres muy valiente al seguir anunciando tu fe en medio de este mundo tan descreído y agresivo con los creyentes. Un beso grandote.
ResponderEliminarGracias Ana, Feliz Pascua para tí también.
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