"El que canta, ora dos veces"
San Agustín
Hace diecinueve siglos, el papa Telésforo introduce este himno, Gloria in excelsis Deo, en la Liturgia. Al inicio, su rezo estaba reservado solo a los sacerdotes en la Pascua, pero a fines del siglo XI los celebrantes comenzaron a obtener los permisos para cantar el Gloria en todas sus celebraciones festivas.
Gloria a Dios en las alturas
y en la tierra, paz a los hombres de buena voluntad.
Te alabamos, te bendecimos, te glorificamos,
te damos gracias por tu gloria infinita.
Señor Dios, Rey de los Cielos, Dios Padre omnipotente
Señor hijo único Jesucristo
Señor Dios, cordero de Dios, Hijo del Padre
Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Tú que quitas el pecado del mundo, acoge nuestras súplicas.
Tú que estás sentado a la diestra del Padre, ten piedad de nosotros.
Porque solo Tú eres Santo,
Tú sólo, Señor
Tú sólo, Altísimo Jesucristo.
Con el Espíritu Santo en la Gloria de Dios Padre.
Amén.
Hoy, hemos recibido a nuestro nuevo párroco (administrador parroquial, se denomina ahora), el padre Manuel. Cantamos juntos, en la Santa Misa, el maravilloso Gloria in excelsis Deo, Gloria a Dios en las alturas, en su versión coral. Os dejo esta versión de Antonio Vivaldi, cantada desde la Basílica de San Francisco de Asís.
El coro parroquial es extraordinario, nos alegra cada domingo la celebración. D. Manuel les felicitó, y con una sonrisa les dijo: "casi parece que estamos en el Vaticano..."
Como el mismo nos informó, nuestro nuevo párroco pertenece a la comunidad neocatecumenal, un carisma de la iglesia que aportará riqueza a nuestra comunidad. Con el recuerdo de D. Argimiro, nuestro querido párroco anterior, seguiremos trabajando al lado de D. Manuel, en Cristo, con Cristo y para Cristo.
¡Bienvenido padre Manuel!
Los cantos de la Misa siempre me emocionan. El que canta, dice esta frase atribuida a san Agustín,
ora dos veces.
En su comentario sobre el Salmo 73 (72), san Agustín escribió:
"Qui enim cantat laudem, non solum laudat, sed etiam hilariter laudat; qui cantat laudem, non solum cantat, sed et amat eum quem cantat. In laude confitentis est praedicatio, in cantico amantis affectio...
La traducción libre de este texto:
"Pues aquel que canta alabanzas, no solo alaba, sino que también alaba con alegría; aquel que canta alabanzas, no solo canta, sino que también ama a quien le canta. En la alabanza hay una proclamación de reconocimiento, en la canción del amante hay amor..."
La tradición musical de la Iglesia universal constituye un tesoro de valor inestimable. Os dejo otro de los cantos entonados hoy, Un vaso nuevo: "Yo quiero ser, Señor, un vaso nuevo..."
Señor yo quiero abandonarme,
como el barro en las manos del alfarero,
toma mi vida y hazla de nuevo,
yo quiero ser, yo quiero ser
un vaso nuevo...
como el barro en las manos del alfarero,
toma mi vida y hazla de nuevo,
yo quiero ser, yo quiero ser
un vaso nuevo...
¡Feliz domingo!
Nunca he entendido ese dicho, pero si lo dijo San Agustín... oye...
ResponderEliminarSi el texto cantado es religioso, une a quienes lo cantan con algo muy valioso, por ser trascendente, con Dios, y potencia la vinculación que produce el mero cantar a coro. Por esa profunda razón, “cantar es rezar dos veces”, pues orienta a los cantores hacia un gran ideal común. Es un encuentro y unión con los demás, un enriquecimiento mutuo. Contribuye a elevar el ánimo, es un servicio a los otros. El canto ejerce un papel mediador entre Dios y el creyente, y a la vez contribuye a la unión con todos los demás. Todo esto hacemos cuando cantamos en la Misa, siempre que el canto nazca de dentro.
EliminarLa frase es atribuida a san Agustín, pero no se ha encontrado en sus escritos. Sí el comentario al salmo 73, y de ello deriva esta frase.
Espero que te haya servido.
¡Un beso fuerte, Tracy!
Pues qué nivelón tiene el coro de tu parroquia "cantando por Vivaldi".
ResponderEliminarEso de que el canta ora dos veces nos lo decía cuando yo era pequeña la directora del coro del colegio cuando nos queríamos escaquear, y claro, ante semejante consideración, ya lo creo que cantábamos.
Lo que está claro es que la música sacra ayuda a orar. A mí me gusta para ello especialmente el gregoriano.
Lo siguiente no lo es, pero también eleva el espíritu:
http://www.youtube.com/watch?v=v1mQT1u_45I
Buena semana donde no falte la buena música.
No, es más modesto, la versión que cantan no es la de Vivaldi, es la coral, con órgano (no la encontré en YouTube), pero cantan muy bien.
EliminarEs una buena consideración la de san Agustín, sí señor.
Para mí también, siempre el gregoriano.
Gracias por la recomendación, me encanta este himno.
Buena semana y ¡claro! con música, no puede faltar...
Un beso.
El Gloria cantado es sublime, cuando lo cantábamos en el colegio en alguna Misa de celebración especial, imagínate la diferencia, sentía como si se me fuera el corazón. Y desde luego para canto litúrgico no hay nada como el gregoriano.
ResponderEliminarPero "El vaso nuevo" me emociona y siempre lloro, aunque no lo canten tan bien, tantas veces deseamos nacer de nuevo.
La frase de San Agustín, aunque no lo fuera que seguro que lo es, siempre me pareció muy cierta. Tú lo explicas muy bien.
No sé, Rosa, si sabes que cuando Juan Pablo II vino a España y en Zaragoza le cantaron y bailaron una jota de la Virgen, les dijo: "Tengo una cuestión para los teólogos, si Agustín decía que el que canta ora dos veces ¿Cuántas veces ora el que baila?
Un beso, Rosa
A mí también me emocionan, hasta las lágrimas.
EliminarNo sabía esto de Juan Pablo II, ¡qué bonito!, les puso en un buen aprieto a los teólogos.
El poema que escribiste, es una maravilla de las maravillas, no se puede expresar mejor el sentimiento. Lo guardo.
Un beso, querida Militos, me alegra mucho verte.