Detalle Portada del Cordero Siglo XII. Situada en la fachada sur, es la puerta principal de acceso al templo y más antigua que la del Perdón. Se denomina del Cordero, por ser el tema principal iconográfico de la portada el Agnus Dei o Cordero Místico.
De León Bloy
«Si hubo una época en la que los hombres descuidaron la Cantidad para dirigirse exclusivamente a la Calidad, ésa es indiscutiblemente la Edad Media».
Monasterio de San Miguel de Escalada, León. Arte mozárabe (s. X)
«Cuanto más nos acercamos a Dios, más solos estamos. Es lo infinito de la soledad».
Excelente tertulia sobre el demonio. "El cristianismo es la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo" (José Antonio Sayés).
Intervienen: Dn. Juan Manuel de Prada (Director del excelente programa "Lágrimas en la lluvia"), Dn. José Antonio Fortea (Exorcista, sacerdote), Dn. Juan José Gallego (Dominico, exorcista, catedrático emérito de la facultad de Teología San Vicente Ferrer, en Valencia), Dn. José Antonio Sayés (Sacerdote, doctor en Teología) y Dn. Juan Matías Santos (Profesor de Psiquiatría).
El 15 de noviembre de 1972, el papa Pablo VI escribió (Audiencia General):
"¿Cuáles son hoy las necesidades mayores de la Iglesia? No os suene como simplista, o justamente como supersticiosa e irreal nuestra respuesta; una de las necesidades mayores es la defensa de aquel mal que llamamos Demonio.
Antes de aclarar nuestro pensamiento, invitamos al vuestro a que se abra a la luz de la fe sobre la visión de la vida humana, visión que, desde este observatorio, se extiende extraordinariamente y penetra en profundidades singulares. Y verdaderamente el cuadro que estamos invitados a contemplar con realismo global es muy hermoso. Es el cuadro de la creación, la obra de Dios, que Dios mismo, como espejo exterior de su sabiduría y de su poder, admiró en su belleza sustancial (cf Gn 1, 10, etc.)".
El alma de los días, la columna vertebral que mantiene encendido el afán de ir transitándolos es que algo suceda, que algo pase en la estanca quietud de su mudanza.
Cual si nada ocurriese cuando el trigo que rodea las sendas del verano se quiebra en una ráfaga de viento, o esa torpe alegría del agua cuando la abren, en la hora del riego, las compuertas del mundo y se escucha el rumor de toda aquella sed que se termina, o el giro de la luz, o el pentagrama que las aves escriben en el cielo, o en una mesa tendida, con el sol sobre el pan y algún vaso de vino.
Es absurdo lo que nos llena, lo que colma los días, lo que estalla cumpliendo ese deseo de ser más, más intensos, más lejanos.
Quizá lo que nos salva son los raros momentos en que no pasa nada.
El Juicio Final, Fra Angélico. Panel central (detalle)
Celebración de Todos los Santos (1 de noviembre)
«Creemos en la comunión de todos los fieles cristianos, es decir, de los que peregrinan en la tierra, de los que se purifican después de muertos y de los que gozan de la bienaventuranza celeste, y que todos se unen en una sola Iglesia; y creemos igualmente que en esa comunión está a nuestra disposición el amor misericordioso de Dios y de sus santos, que siempre ofrecen oídos atentos a nuestras oraciones».
(Catecismo de la Iglesia Católica, 962)
Alfredo Helbsbya
"Abrid las puertas,
y entrará la gente justa,
guardadora
de verdades.
Tú guardarás en completa paz
a aquel
cuyo pensamiento en Ti
persevera,
porque en Ti
ha confiado"
Isaías 26:2-3
Tomás Luis de Victoria, Requiem aeternam
Día de los Fieles Difuntos (2 de noviembre)
«Quiero invitar a vivir este día según el auténtico espíritu cristiano, es decir, en la luz que proviene del misterio pascual. Cuando visitemos los cementerios, recordemos que allí, en las tumbas, descansan solo los restos mortales de nuestros seres queridos, en espera de la resurrección final. Sus almas –como dice la Escritura– ya “están en las manos de Dios” (Sab 3,1). Por lo tanto, el modo más propio y eficaz de honrarlos es rezar por ellos, ofreciendo actos de fe, de esperanza y de caridad. En unión con el sacrificio eucarístico, podemos interceder por su salvación eterna y experimentar la más profunda comunión, en espera de reunirnos con ellos, a fin de gozar para siempre del amor que nos ha creado y redimido».
Benedicto XVI (Ángelus, 01-11-2009).
El himno góspel "la marcha de los Santos" es uno de los más conocidos y populares en el mundo entero.