Paulo Ossião
Fernando Zóbel
"Nel blu dipinto di blu..."
Puestos a ser colores,
¿cuál querría yo ser?
y tú ¿lo tienes claro?
He surcado cien mares,
--como Ulises--.
He andado cien caminos
--como Roma--,
hasta llegar a ti:
presencia nítida,
milagro vertical de ardiente Ítaca,
firmamento sin firma,
haz de luz que sin
A se hace palíndromo.
Yo quiero ser azul,
claro o turquesa;
azul como pupila en un verso de Bécquer (ah, y cuando ríes)
azul como el cielo transido de verano...
Los ríos son azules por su culpa
y un joven toca alegre el ukelele
celebrando en la hierba estelas de inocencia.
Yo quiero ser azul como el océano (ah, y cuando lloras)
y eternamente hermana de las aguas
que reflejan iguales y distintas,
en su fluir constante y transparente
la sed de infinitud que me renueva
y a la vez me devuelve a la isla infancia.
Yo quiero ser azul
en una pluma rebelde de tucán;
azul y cristalina
como en una postal de Bora Bora;
el azul que escribió Rubén Darío
y que es joven y febril modernista
como un pavo real en Babilonia.
Azul de crisantemo y de gardenia,
el azul en los ojos de Ricardo Darín,
azul que permanece inalterable
en unísono de amor y misma lluvia.
Azul como la costa de Marsella
el azul que Picasso nos dibujó en "La vida"
y azul como los días de Machado,
esos días que recordó en Colliure;
como estación de radio y poesía
donde todos los trenes
llegan a un mismo punto sin retorno
desde distintas vías en los días impares.
Azul como el bikini divino y poderoso
que cruel contoneaba la chica de Ipanema.
(Aún siento lástima por João Gilberto.
Sigue triste en la orilla cantando su regreso
pero ella nunca llega, su destino es el mar.)
Hay amores azules
que solo son perfectos en su fugacidad.
¡Que alguien se lo diga!
Yo quiero ser azul,
azul como tu risa,
azul
Rhapsody in blue,
azul como las cúpulas
que invaden Santorini
sin lágrimas y ofrendas.
Tal vez, si soy azul,
intenso azul
Blue moon,
encuentren ya por fin
antídoto mis venas
a esta dulce cordura lapislázuli.
Marta Muñiz Rueda,
azul, de
Libro de la delicadeza