Sí, exquisito. La obra de arte auténtica entra en comunicación, en comunión, con lo más profundamente genuino de nosotros mismos.
La obra de arte crepita, es una brasa que calienta. Un crepitar silencioso que puede conducir a la transformación. Esta idea de 'crepitar' me encanta, habla de ella (tomada, a su vez, de T.W.Adorno), en su libro "Ebrietas, el poder de la belleza".
Si él lo dice...
ResponderEliminar¿Y tú?
Eliminar:)
Como conocimiento y revelación.
Un discurso muy poético.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Besossss
Sí, exquisito.
EliminarLa obra de arte auténtica entra en comunicación, en comunión, con lo más profundamente genuino de nosotros mismos.
La obra de arte crepita, es una brasa que calienta. Un crepitar silencioso que puede conducir a la transformación.
Esta idea de 'crepitar' me encanta, habla de ella (tomada, a su vez, de T.W.Adorno), en su libro "Ebrietas, el poder de la belleza".
Un beso, Maite.
Incluso en la ficción hay verdad. Y siempre hay algo sagrado en el proceso de crear.
ResponderEliminarBesos, querida Rosa.
Sí, esos momentos, como al dictado.
EliminarEl arte es imprescindible, esa llamada, la belleza.
Entre las hebras de la cotidianidad ...
Un besooo ... :)