Para el nacimiento de un niño
el mundo nunca está preparado.
Nuestras naves no han regresado de Vinlandia.
El paso de San Gotardo está por cruzar.
Habrá que burlar la guardia del desierto de Thor,
abrir camino hasta el centro de Varsovia por las alcantarillas,
buscar acceso al rey Haraldo el Pella
y esperar la caída del ministro Fouché.
Sólo en Acapulco
volveremos a empezar.
Se nos ha agotado la reserva de vendajes,
de fósforos, argumentos, prensas hidráulicas y agua.
No tenemos camiones ni el apoyo de los Ming.
Con este jamelgo no sobornaremos al sheriff.
Por ahora, sin noticias de los cautivos del Khan.
Nos urge una nueva cueva más cálida para el invierno
y alguien que conozca la lengua harari.
No sabemos quién en Nínive es de confianza,
qué condiciones propondrá el cardenal duque,
qué nombres yacen aún en el cajón de Beria.
Dicen que Carlos Martel atacará mañana.
Así las cosas, aplaquemos a Kéops,
alistémonos voluntarios,
cambiemos de religión,
finjamos ser los amigos del dux
y no tener relación alguna con la tribu de Kwabe.
Se acerca la hora de encender las fogatas.
Mandemos aviso telegráfico a la abuela de Zabierzów.
Desanudemos las correas de la yurta.
Ojalá el parto sea fácil
y el niño crezca sano.
Que sea a veces feliz
y salve a saltos los abismos.
Que su corazón tenga aguante
y su mente vigile y alcance a ver lejos.
Pero no tan lejos
como para ver el futuro.
Ahorradle este don, poderes celestiales.
Wislawa Szymborska
Nuestras naves no han regresado de Vinlandia.
El paso de San Gotardo está por cruzar.
Habrá que burlar la guardia del desierto de Thor,
abrir camino hasta el centro de Varsovia por las alcantarillas,
buscar acceso al rey Haraldo el Pella
y esperar la caída del ministro Fouché.
Sólo en Acapulco
volveremos a empezar.
Se nos ha agotado la reserva de vendajes,
de fósforos, argumentos, prensas hidráulicas y agua.
No tenemos camiones ni el apoyo de los Ming.
Con este jamelgo no sobornaremos al sheriff.
Por ahora, sin noticias de los cautivos del Khan.
Nos urge una nueva cueva más cálida para el invierno
y alguien que conozca la lengua harari.
No sabemos quién en Nínive es de confianza,
qué condiciones propondrá el cardenal duque,
qué nombres yacen aún en el cajón de Beria.
Dicen que Carlos Martel atacará mañana.
Así las cosas, aplaquemos a Kéops,
alistémonos voluntarios,
cambiemos de religión,
finjamos ser los amigos del dux
y no tener relación alguna con la tribu de Kwabe.
Se acerca la hora de encender las fogatas.
Mandemos aviso telegráfico a la abuela de Zabierzów.
Desanudemos las correas de la yurta.
Ojalá el parto sea fácil
y el niño crezca sano.
Que sea a veces feliz
y salve a saltos los abismos.
Que su corazón tenga aguante
y su mente vigile y alcance a ver lejos.
Pero no tan lejos
como para ver el futuro.
Ahorradle este don, poderes celestiales.
Wislawa Szymborska
¡Ohhh, qué magnífico poema, Rosa! Me encanta, y es cierto, para el nacimiento de un niño el mundo no está preparado. La historia ya está escrita... y mejor no ahondar en el futuro.
ResponderEliminarGracias por compartirlo, querida amiga. Besos
El milagro de la vida se abre paso, cada vida, una a una es sagrada y un milagro... :)))
EliminarAhora se aprueban falsos derechos a golpe de ley, el aborto, etc... no dejarnos embaucar...
La historia es necesaria para desbaratar las distorsiones de la ideología y propaganda, las manipulaciones. El problema se produce si esa reescritura se aleja de la verdad de los hechos para presentar e imponer (con diversos métodos...) una versión determinada e ideológica del pasado. Reescribir el pasado para manipular el presente a su conveniencia. Y esto sucede en España, no es algo inocuo. Es mucho más fácil manipular a la gente cuando no se sabe realmente quiénes somos, de dónde venimos y cuál ha sido nuestro pasado y nuestra evolución que cuando lo conocemos bien. Conocer la historia con rigor es un antídoto contra la ignorancia. O desmontar leyendas negras ampliamente difundidas y etc...
Gracias a ti, querida Maite.
Un beso.