Hay una libertad primera:
la de estar callado.
Y otra tal vez más alta:
la de permanecer muy quieto
escuchando el murmullo de todo lo que vive.
Pero cuando compruebo esa verdad tan simple
vienen gentes y en coro
gritan que les ofendo,
que no hay mayor insulto que negarse
a compartir el gesto y la palabra.
Yo les contemplo, muero un poco,
y por respeto a ti, Señor, sigo callando.
la de estar callado.
Y otra tal vez más alta:
la de permanecer muy quieto
escuchando el murmullo de todo lo que vive.
Pero cuando compruebo esa verdad tan simple
vienen gentes y en coro
gritan que les ofendo,
que no hay mayor insulto que negarse
a compartir el gesto y la palabra.
Yo les contemplo, muero un poco,
y por respeto a ti, Señor, sigo callando.
Chantal Maillard
Un poema precioso que me guardo con cariño, como la imagen. Te mando un ramillete de besos y abrazos. Todo va bien, pasando el verano en el pueblo. Besos
ResponderEliminarPrecioso, sí.
EliminarMe alegro de que te guste :)
Lo mismo para ti, querida Maite.
Disfruta del verano en el pueblo.
Un beso, con mucho cariño.