La Virgen del Rosario, Bartolomé Esteban Murillo
Quien desgrana su Rosario con María, sentirá brotar en sí el don de la oración y la proximidad de lo sagrado.
María es ejemplo de oración insistente, María nos invita a descubrir la fuerza de la oración cuando lo hacemos con insistencia; cuando así lo hacemos, Dios nos da lo que nos hace falta.
La oración del Rosario es una oración típicamente de insistencia, es una oración de perseverancia, es una oración casi de jaculatoria, es un repiquetear de un Ave María tras otro que va revelándonos desde el corazón de María, a quién oramos, el misterio que lleva ella en su corazón escondido, el de su Hijo Jesús. En este insistirle a María, en este insistir que es el modo de vincularnos como niños con ella en la oración, la Madre nos va revelando el misterio de su Hijo y, en ese sentido, el Rosario se hace un gran anuncio.
"Si saludas con perseverancia a la Santísima Virgen con el santo Rosario, tienes con ello un indicio sumamente grande de que vas a conseguir la eterna salvación". (Beato Alano de la Roche)
Sábado, día del Rosario bloguero.