SI no sabe de ti, mi alma no sabe,
acostumbrada al páramo sombrío,
donde estaban tu casa y esas rosas
y la luz que encendías a la noche;
la casa que jamás me abrió sus puertas,
pero sus rosas y su luz bastaban,
para saber de ti, de luz y rosas.
Julio Martínez Mesanza
Qué delicadeza más delicada.
ResponderEliminarExtraordinaria entrada, Rosa.
Besossssss
Sí, es un poema delicadísimo.
EliminarPura poesía. Pertenece a su poemario "Gloria".
Un beso y feliz noche, Maite.
Un alarde de bella elegancia.
ResponderEliminarPienso lo mismo, pura belleza.
EliminarUn beso fuerte, Tracy.
Feliz noche.
El poema es precioso... y el título... una maravilla.
ResponderEliminarBesos.
Es cierto, es una maravilla.
EliminarY los tuyos son maravilla.
:)
Un beso, Toro.
Feliz noche.
Has visto cuando algo te toca la fibra, te emociona y conmueve???
ResponderEliminarPues eso ha pasado.
Besos, querida Rosa.
Síííí, me sucedió lo mismo ...
EliminarTe comprendo.
:)
Un beso, querida poeta.