Uta Barth
Estos días me levanto con los abedules
y me aparto el cabello triguero de la frente
ante un espejo de hielo.
Mezclada con mi aliento
se corta la leche.
Muy temprano espumea con facilidad.
Y donde empaño los cristales con mi aliento
aparece otra vez tu nombre
dibujado con un dedo de niño: ¡inocencia!
Después de tanto tiempo.
En estos días no me duele
que sepa olvidar,
y que tenga que recordar.
Amo. Hasta la incandescencia
amo y doy gracias con avemarías.
Al vuelo las aprendí.
Estos días pienso en el albatros
con el que me alcé
y llegué a la blanca
página de un país.
Intuyo en el horizonte,
espléndido en el ocaso,
mi fabuloso continente
allá al otro lado, donde
me dejó marchar con la mortaja puesta.
¡Estoy viva y desde lejos oigo su canto de cisne!”
Hoy de poco me mata un villancico...
ResponderEliminarJaja, parece que no lo logró, ¿eh?
EliminarUn beso, Toro.
Un gran poema, Rosa. Ni idea de esta autora, buscaré más, me ha llamado la atención.
ResponderEliminarLa música es como un dulce susurro.
Besosss y buena noche
"¿debo
Eliminarataviar una metáfora
con una flor de almendro?".
:)
Dejé el enlace al final del poema.
Un beso, Maite, feliz invierno :)
Buena noche.
Este poema me conmueve...
ResponderEliminarBesos, querida amiga.
Sí ¿verdad?
Eliminar:)
Un beso, querida amiga.