Panteón Real, Real Colegiata de San Isidoro, León
Alfonso IX de León
Corriendo van por la vega
A las puertas de Granada
Hasta cuarenta gomeles
Y el capitán que los manda.
Al entrar en la ciudad,
Parando su yegua blanca,
Lo dijo éste a una mujer
Que entre sus brazos lloraba:
-Enjuga el llanto, cristiana,
No me atormentes así,
Que tengo yo, mi sultana,
Un nuevo Edén para ti.
Tengo un palacio en Granada,
Tengo jardines y flores,
Tengo una fuente dorada
Con más de cien surtidores.
Y en la vega del Genil
Tengo parda fortaleza,
Que será reina entre mil
Cuando encierre tu belleza.
Y sobre toda una orilla
Extiendo mi señorío;
Ni en Córdoba ni en Sevilla
Hay un parque como el mío.
Allí la altiva palmera
Y el encendido granado,
Junto a la frondosa higuera
Cubren el valle y collado.
Allí el robusto nogal,
Allí el nópalo amarillo;
Allí el sombrío moral
Crecen al pie del castillo.
Y olmos tengo en mi alameda
Que hasta el cielo se levantan,
Y en redes de plata y seda
Tengo pájaros que cantan.
Y tú mi sultana eres;
Que desiertos mis salones,
Está mi harén sin mujeres,
Mis oídos sin canciones.
Yo te daré terciopelos
Y perfumes orientales,
De Grecia te traeré velos,
Y de Cachemira chales.
Y te daré blancas plumas
Para que adornes tu frente,
Más blancas que las espumas
De nuestros mares de Oriente;
Y perlas para el cabello,
Y baños para el calor,
Y collares para el cuello;
Para los labios.... ¡amor!-
-¿Qué me valen tus riquezas,
Respondióle la cristiana,
Si me quitas a mi padre,
Mis amigos y mis damas?
Vuélveme, vuélveme, moro,
A mi padre y a mi patria,
Que mis torres de León
Valen más que tu Granada.-
Escuchóla en paz el moro,
Y manoseando su barba,
Dijo, como quien medita,
En la mejilla una lágrima:
-Si tus castillos mejores
Que nuestros jardines son,
Y son más bellas tus flores,
Por ser tuyas, en León,
Y tú diste tus amores
alguno de tus guerreros,
Hurí del Edén, no llores,
Vete con tus caballeros.-
Y dándola su caballo
Y la mitad de su guardia,
El capitán de los moros
Volvió en silencio la espalda.
José Zorrilla (1817-1893)
La Historia del Reino de León: El nacimiento
La gloria de los reyes (de León) en el pórtico de la Gloria (de Compostela)
¡Madre mía, Rosa! Cuánto por descubrir. El otro día leía lo importante que es la historia para que la humanidad conozca sus orígenes y su destino. ¡Qué poca importancia le hemos dado y le están dando! Me parece interesantísimo. Gracias por compartir. Abrazos
ResponderEliminarSí, Maite, muy importante.
EliminarSí, y demasiada manipulación ideológica, pero la verdad histórica, tarde o temprano, sale a la luz, un auténtico historiador huye del engaño.
Gracias a ti.
Un abrazo, Maite.