Dijiste sí y en tu vientre latía divina la salvación Hágase en mí, de corazón, la voluntad de mi Señor Que se cumplan en mí cada día los sueños de Dios.
María, las tinieblas se harán mediodía A una sola palabra que digas, en tus labios alumbra ya el sol María, la doncella que Dios prometía Un volcán de ternura divina, primavera de Dios Redentor.
Gabriel tembló, conmovido con tanta belleza Madre de Dios, cuélame en tu mirada de amor de la Anunciación Hágase en mí, de corazón, la voluntad de mi Señor Que se cumplan en mí cada día los sueños de Dios.
María, las tinieblas se harán mediodía A una sola palabra que digas, en tus labios alumbra ya el sol María, la doncella que Dios prometía Un volcán de ternura divina, primavera de Dios Redentor.
Hágase en mí, de corazón, la voluntad de mi Señor Que se cumplan en mí cada día los sueños de Dios.
María, las tinieblas se harán mediodía A una sola palabra que digas, en tus labios alumbra ya el sol María, la doncella que Dios prometía Un volcán de ternura divina, primavera de Dios Redentor.
“el tiempo no es un antes, un ahora y un después, sino un todo indivisible"
Eloy Sánchez Rosillo
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«Decís vosotros que los tiempos son malos, sed vosotros mejores y los tiempos serán mejores: vosotros sois el tiempo».
San Agustín
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No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”.
Mientras seguían cenando, tomó Jesús pan y, habiendo recitado la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:
«Tomad, esto es mi cuerpo.»
Y tomando un cáliz y habiendo dado gracias, se lo ofreció bebiendo de él todos; y les dijo:
«Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. En verdad os digo que nunca más beberé del fruto de la vid hasta el día aquel en que lo beba nuevo en el reino de Dios». (Marcos 14, 22-25)
Gracias, Señor, por la Eucaristía, misterio de amor insondable, misterio de tu presencia viva, misterio de tu Cuerpo y Sangre, alimento de salvación, memorial de tu Pascua redentora. Alabado seas por siempre en este santísimo sacramento.
Himno "Panis Angelicus", uno de los cinco escritos por santo Tomás de Aquino para la fiesta de Corpus Christi.
Panis angelicus fit panis hominum; Dat panis coelicus figuris terminum: O res mirabilis! manducat Dominum Pauper, servus, et humilis.
*** El pan de los ángeles se convierte en pan de los hombres; el pan del cielo termina con las antiguas figuras (las promesas del Antiguo Testamento). ¡Oh, cosa admirable! Se alimentan del Señor los pobres, los siervos y los humildes.