Panes. Claudio Bravo
Llamar al pan y que aparezca
sobre el mantel el pan de cada día;
darle al sudor lo suyo y darle al sueño
y al breve paraíso y al infierno
y al cuerpo y al minuto lo que piden;
reír como el mar ríe, el viento ríe,
sin que la risa suene a vidrios rotos;
beber y en la embriaguez asir la vida,
bailar el baile sin perder el paso,
tocar la mano de un desconocido
en un día de piedra y agonía
y que esa mano tenga la firmeza
que no tuvo la mano del amigo;
probar la soledad sin que el vinagre
haga torcer mi boca, ni repita
mis muecas el espejo, ni el silencio
se erice con los dientes que rechinan:
estas cuatro paredes, papel, yeso,
alfombra rala y foco amarillento
no son aún el prometido infierno;
que no me duela más aquel deseo,
helado por el miedo, llaga fría,
quemadura de labios no besados:
el agua clara nunca se detiene
y hay frutas que se caen de maduras;
saber partir el pan y repartirlo,
el pan de una verdad común a todos,
verdad de pan que a todos nos sustenta,
por cuya levadura soy un hombre,
un semejante entre mis semejantes;
pelear por la vida de los vivos,
dar la vida a los vivos, a la vida,
y enterrar a los muertos y olvidarlos
como la tierra los olvida: en frutos…
Y que a la hora de mi muerte logre
morir como los hombres y me alcance
el perdón y la vida perdurable
del polvo, de los frutos y del polvo.
Octavio Paz
No se trata ni de fácil ni de difícil, sino de JUSTICIA.
ResponderEliminarSí, Tracy. Felizmente, aún existen personas en la fe que practican la justicia como vocación. Es el amor verdadero al prójimo el que hace que asuman la defensa de muchos injusticias humanas. Ellos y ellas en forma anónima realizan su labor y con su ejemplo nos dan señales de esperanza de que aún es posible hacer justicia.
EliminarLa mejor noticia que podemos recibir es ésta: Dios es justo. Dios ve en lo secreto: nuestras intenciones, nuestras buenas obras, nuestros sacrificios, nuestras oraciones, nuestros actos de caridad y misericordia. Dios es el único que puede y quiere recompensarnos como merecemos. Por esto es muy importante que cuando todo en nuestra vida falle y nos veamos rodeados de fracasos, nuestra vida espiritual no falle y no fracase. Si nos mantenemos fieles, seguro recibiremos buenas noticias de parte de Dios.
Eso no quiere decir que no nos duela verlo, es imposible que no duela. Es difícil repartir si nos olvidamos de Dios, por eso lo hacemos difícil.
Un beso muy fuerte, gracias por venir.
Sí, menos mal que Dios es justo, porque si sólo existiese la justicia humana...
ResponderEliminarConsuela saber que Dios, además de de Juez, es Padre.
Besos, amiga.
Ya lo creo que consuela, es la suerte que tenemos todos, la gran suerte.
Eliminar¡¡¡Besos!!!
Hola!!, te escribo desde el blog literario
ResponderEliminarLa Biblioteca de la Morgue,
un blog en el que podrás encontrar reseñas literarias, críticas de películas, concursos y muchas secciones más, ¿Te unes?. Yo te sigo desde ya. Espero que te guste mi espacio ^^
¡Nos leemos!
Bisous
La Biblioteca de la Morgue
Gracias, por tu visita y tu enlace.
EliminarVisitaré tu blog.
Un beso.
Gracias Rosa por tu paso y comentario en mi blog.
ResponderEliminarAsí he podido conocer tu blog. Por aquí me quedo!
Un abrazo
Gracias, Anna, por tu visita y comentario.
EliminarHace tiempo que tenía enlazado tu blog y me gusta mucho.
Un beso. ¡Hasta pronto!