"El Rosario es mi oración preferida. Oración maravillosa en su sencillez y en su profundidad..."
"El rezo del Rosario nos permite poner nuestros ojos y nuestro corazón en Jesús".
S.S. Papa Francisco
Cuando falleció Juan Pablo II, en 2005, el entonces cardenal Bergoglio escribió un sencillo testimonio en el que recuerda cómo se decidió a rezar cada día los 15 misterios del Rosario gracias a su ejemplo. “Si no recuerdo mal, debía ser el año 1985. Una tarde fui a rezar el Rosario que dirigía el Santo Padre. Él estaba delante de la gente, de rodillas. El grupo era numeroso”.
Cuenta con sencillez cómo, al sentirse guiado por su Pastor, comenzó a distraerse. Se detuvo en la figura del Papa: en su piedad. “Su devoción era un testimonio”, dice. “Empecé a imaginarme al joven sacerdote, al seminarista, al poeta, al obrero, al niño de Wadowice... en la misma postura en que estaba arrodillado en ese momento, recitando avemarías tras avemarías. Su testimonio me golpeó”.
“Sentí que este hombre, escogido para guiar la Iglesia, estaba siguiendo el camino hacia su Madre en el cielo; un camino iniciado desde la infancia. Y entonces comprendí la densidad de las palabras de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego: ‘No tengas miedo, ¿no estoy yo aquí que soy tu madre?’ Entonces entendí la presencia de la Virgen en la vida del Papa”.
“Este testimonio no se me ha olvidado ni un instante. En adelante he rezado siempre los 15 misterios del Rosario cada día”.
El Santo Rosario es una escuela de fe.
¡Gracias por vuestro ejemplo!
Sábado, día del Rosario bloguero. ¡Feliz día!
¿Quince misterios? creía que eran veinte.
ResponderEliminarSí, Tracy, son ahora 4 misterios. En la estructura tradicional eran tres (gozosos, dolorosos y gloriosos), pero el papa Juan Pablo II, en su Carta Apostólica de 2002 ROSARIUM VIRGINIS MARIAE, añadió el cuarto, los misterios de luz, que se rezan los jueves. Dice textualmente:
Eliminar"Para que pueda decirse que el Rosario es más plenamente 'compendio del Evangelio', es conveniente pues que, tras haber recordado la encarnación y la vida oculta de Cristo (misterios de gozo), y antes de considerar los sufrimientos de la pasión (misterios de dolor) y el triunfo de la resurrección (misterios de gloria), la meditación se centre también en algunos momentos particularmente significativos de la vida pública (misterios de luz). Esta incorporación de nuevos misterios, sin prejuzgar ningún aspecto esencial de la estructura tradicional de esta oración, se orienta a hacerla vivir con renovado interés en la espiritualidad cristiana, como verdadera introducción a la profundidad del Corazón de Cristo, abismo de gozo y de luz, de dolor y de gloria".
Este recuerdo del Papa Francisco es del año 1985 y se refiere al Rosario en esa época, cuando todavía no se habían añadido los misterios luminosos, pues la Carta Apostólica de Juan Pablo II es de 2002..
Hoy se deben rezar todos, cada día, nos recomienda el Papa, o divididos entre los días de la semana. Lo importante es rezarlo lo que podamos, es precioso.
Un beso muy fuerte, querida Tracy. Si no lo rezas, te animo, cada día lo que puedas. Decía Juan XIII, que el peor Rosario es el que no se reza. Parece repetitivo, pero te animo a empezar si no lo rezas. No te arrepentirás, al contrario.
Es bello repetir "te amo" cuando uno se dirige a aquel a quien quiere, pues lo mismo es el Rosario. Además de otras muchas cosas, el ir meditando a la par que recitamos el Avemaría y la paz y sosiego que imprime en el alma el mismo hecho de repetir.
ResponderEliminarRosa eres una gran amante del rosario y es me alegra mucho.
Buen semana. Camino de la Pascua del Señor.
Un abrazo
Así es, querida Caminar, el mero hecho de repetir, imprime en el alma paz y sosiego.
EliminarCada sábado, procuro recordarlo, en el día del Rosario bloguero, y agradezco que otros me lo descubrieran.
Buena semana para ti también, camino de la Pascua del Señor.
Un beso.
Realmente eran necesarios esos Misterios Luminosos, tan importantes en la vida de Jesucristo y María. Qué luz la de Juan Pablo.
ResponderEliminarGracias Rosa, sigo en Alicante.
Besiños.