"Mira que estoy a la puerta y llamo..."
(Apocalipsis 3, 20)
Es verdad. Estoy a la puerta de tu corazón, de día y de noche. Aún cuando no estás escuchando, aún cuando dudes que pudiera ser yo, ahí estoy: esperando la más pequeña señal de respuesta, hasta la más pequeña sugerencia de invitación que Me permita entrar.
Y quiero que sepas que cada vez que me invitas. Yo vengo siempre, sin falta. Vengo en silencio e invisible, pero con un poder y un amor infinitos, trayendo los muchos dones de Mí Espíritu. Vengo con Mi misericordia, con Mi deseo de perdonarte y de sanarte, con un amor hacia ti que va más allá de tu comprensión. Un amor en cada detalle, tan grande como el amor que he recibido de Mi Padre ("Yo los he amado a ustedes como el Padre me ama a mí..." (Jn. 15,10). Vengo deseando consolarte y darte fuerza, levantarte y vendar todas tus heridas. Te traigo Mi luz, para disipar tu oscuridad y todas tus dudas. Vengo con Mi poder, que me permite cargarte a ti: con Mi gracia, para tocar tu corazón y transformar tu vida. Vengo con Mi paz, para tranquilizar tu alma (...)
Y quiero que sepas que cada vez que me invitas. Yo vengo siempre, sin falta. Vengo en silencio e invisible, pero con un poder y un amor infinitos, trayendo los muchos dones de Mí Espíritu. Vengo con Mi misericordia, con Mi deseo de perdonarte y de sanarte, con un amor hacia ti que va más allá de tu comprensión. Un amor en cada detalle, tan grande como el amor que he recibido de Mi Padre ("Yo los he amado a ustedes como el Padre me ama a mí..." (Jn. 15,10). Vengo deseando consolarte y darte fuerza, levantarte y vendar todas tus heridas. Te traigo Mi luz, para disipar tu oscuridad y todas tus dudas. Vengo con Mi poder, que me permite cargarte a ti: con Mi gracia, para tocar tu corazón y transformar tu vida. Vengo con Mi paz, para tranquilizar tu alma (...)
Angélica Kauffman (Maria-Anna Angelika), Cristo y la samaritana en el pozo
Cuando finalmente abras las puertas de tu corazón y finalmente te acerques lo suficiente entonces Me oirás decir una y otra vez, no en meras palabras humanas sino en espíritu: "no importa qué es lo que hayas hecho, te amo por ti mismo. Ven a Mí con tu miseria y tus pecados, con tus problemas y necesidades, y con todo tu deseo de ser amado. Estoy a la puerta de tu corazón y llamo... ábreme, porque TENGO SED DE TI...."
"Jesús es Dios, por lo tanto Su Amor y Su
Sed son infinitos. Él, Creador del universo,
pidió el amor de sus criaturas. Tiene sed
de nuestro amor.... Estas palabras:
"Tengo sed" ¿Tienen un eco en nuestra alma?"
Madre Teresa de Calcuta
Me gusta la figura de la samaritana, aunque no me la imagino, ni a Jesús tampoco, como se representa en esa pintura.
ResponderEliminarTen en cuenta que es una pintora suizo-austriaca, y los representa con los rasgos propios de la zona; pero me gusta esta pintura por el gesto de Jesús señalando hacia arriba, que no aparece generalmente recogido y que se corresponde con el fragmento del diálogo entre Jesús y la samaritana, (Jn 4,5-42):
Eliminar¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana? —porque los judíos no se tratan con los samaritanos.
10 Jesús le respondió:
—Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: «Dame de beber», tú le habrías pedido a él y él te habría dado agua viva.
11 La mujer le dijo:
—Señor, no tienes nada con qué sacar agua, y el pozo es hondo, ¿de dónde vas a sacar el agua viva? 12 ¿O es que eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?
13 —Todo el que bebe de esta agua tendrá sed de nuevo —respondió Jesús—, 14 pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed nunca más, sino que el agua que yo le daré se hará en él fuente de agua que salta hasta la vida eterna.
Recoge muy bien este momento ¿no te parece? No es habitual que aparezca reflejado.
Un beso fuerte, Tracy.
Esta entrada es perfecta, el video impresionante por los paisajes y el Canto Gregoriano que siempre va más allá del oído, cómo llega a lo profundo del corazón, .
ResponderEliminarLo demás, Rosa, lo estaba necesitando con urgencia. Estoy tan revuelta, necesito que venga "para tocar mi corazón y transformar mi vida" que" Venga con su paz y tranquilice mi alma."
El pasaje de la Samaritana siempre me ha "llegado," sentir a Jesús en el brocal del pozo me emociona desde chica y el diálogo nos lleva a tantas preguntas, esa sed que no se calma con nada y ese agua viva que no acaba de llegar...
Es muy curioso lo que explicas de la pintura, no la conocía, la imagen de Jesús siempre aparece como más dulce, aquí está algo severo, como dejando las cosas claras.
Un beso muy grande,
Militos querida, así es, dejando las cosas claras...
EliminarLlegará, Militos querida.
Un beso muy grande, grande...