Puro Evangelio.
Evangelio según san Mateo (5,38-48)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.
Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
Gracias por compartir cosas tan interesantes y bellas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias a ti, por tu compañía.
EliminarUn beso, querida amiga.
¡Feliz día del Señor!
Ojalá todos le diésemos lo que nos pide. El mundo iría mejor si nuestra libertad la usásemos en eso.
ResponderEliminarFeliz semana, amiga.
Sí, así es.
EliminarUn beso y feliz semana, querida amiga.
Mensaje excelente el de este domingo ( al igual que el domingo pasado, bueno, siempre se aprende...)
ResponderEliminarFeliz lunes
Besos
Es el Evangelio puro.
EliminarSólo la gracia nos puede ayudar.
Siempre se aprende del Evangelio, la Buena Noticia es una fuente inagotable.
Feliz lunes y un beso, querida amiga.
Mira que es difícil, Rosa.
ResponderEliminarDesde luego quien lo consiga por propio convencimiento en las palabras y no por cobarde, será ejemplo para muchos.
Estoy segura que quien trasciende lo meramente humano con su mente, tiene un brillo especial.
Besos.
Sí, es difícil, imposible sin la gracia de Dios.
EliminarUna alegría y un brillo especial, que para un cristiano, como discípulo de Jesús, proviene del encuentro con Él.
Un beso, mi querida poeta.