"Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos".
(Mateo, 18, 20)
y tú me ofreces ahora vivir en equipo.
Haz que los otros acepten mi paso al andar
pero haz también que yo acepte con paciencia
el paso de los otros.
Hazme lo suficientemente sencillo
para dar a los otros la ocasión de ayudarme,
y lo suficientemente abierto
para que ellos encuentren en mí una buena ayuda.
Llénanos de tu Espíritu, para que,
en las cosas de cada día,
descubramos tu llamada
en un compromiso que nos haga libres.
Haznos acogedores de tu Palabra,
haz que nos amemos los unos a los otros hasta las últimas consecuencias.
Y cuando el equipo no "funcione",
haz que me pregunte antes que nada
qué estoy haciendo.
En fin, Señor, ayúdanos a descubrir
el único motivo, fuerte y duradero, y que puede unirnos:
tu presencia en medio de nosotros.
Autor desconocido
Gracias, Señor.
Gracias, equipo.
Gracias, Señor.
Gracias, equipo.
Un gran texto, Rosa.
ResponderEliminarComo se que me lo prestas ya lo he compartido. Feliz tarde del domingo
Besosssssss
Sabes que es tuyo, lo que quieras ...
EliminarFeliz tarde, Maite.
Besosssssssssssssss
Los equipos tienen sus ventajas y sus inconvenientes, pero no hay más remedio, solos no somos nada.
ResponderEliminarSí, Tracy.
EliminarA éste que me refiero es de lo mejor.
Un beso fuerte.
Muy pocos saben hacer equipo porque tendemos a la individualidad y a la susceptibilidad.
ResponderEliminarEste texto es una reflexión, más allá de la lectura espiritual. Es certero.
Besos, Rosa.
Así es, Veronica, y, sin embargo, necesitamos de los demás.
EliminarSí, una reflexión que nos invita a la oración.
Un beso, querida Verónica.