Acaba de posarse una paloma en el alféizar. Me ha mirado algunos segundos y un movimiento mínimo ha bastado para emprender el vuelo. La vida es también un paréntesis entre dos vuelos. Primero caemos de un nido oscuro, inmemorial, en esta vida extraña. Luego, en el segundo vuelo, partimos a un nido envuelto en bruma, secreto. Quien parte con más amor, curiosamente, vuela más ligero.
Jesús Montiel, Sucederá la flor