Sí, Marian, es profundo, la belleza de la Historia de la Salvación se percibe en el amor derrochado por Dios. Toda la revelación se resume en tres palabras: "Dios es amor."
Querida amiga, ¡feliz día para ti y tu comunidad! También es vuestro Día, Día de la vida Consagrada Contemplativa. Muchas gracias.
El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la "jerarquía de las verdades de fe". (Según el Catecismo). :) La Trinidad es una, no confesamos tres dioses distintos, sino un solo Dios.
Un cristiano no pretende causar admiración, sino tratar de vivir en coherencia el mensaje de Cristo. El cristianismo es Cristo. Y su Iglesia.
Aunque es un dogma difícil de entender, fue el primero que comprendieron los Apóstoles. Después de la Resurrección, comprendieron que Jesús era el Salvador enviado por el Padre. Y, cuando experimentaron la acción del Espíritu Santo dentro de sus corazones en Pentecostés, comprendieron que el único Dios era Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es cierto que no podemos entenderlo con la sola razón, necesitamos de la fe ya que se trata de un misterio.
Cada vez que hacemos la señal de la Cruz, recordamos este misterio: "En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén". Un misterio es una verdad revelada por Dios, que debemos creer, aunque no la comprendamos enteramente. Y este misterio inefable se halla insinuado en el Antiguo Testamento y clara y explícitamente enunciado en el Nuevo. Por ejemplo, el pasaje de San Mateo (28,19) en que Cristo ordena a los Apóstoles que bauticen a las gentes "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".
Somos bautizados en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Es la fe que recibimos en el bautismo. Si estás bautizada, también la recibiste, Verónica. No es un hecho fortuito, no es por casualidad.
Un beso, querida amiga. Y siempre muchas gracias :)
Ves la Trinidad si ves el amor."
ResponderEliminarQuerida Rosa, no puede ser más sencillo y profundo.
¡Feliz día amiga! Un fuerte abrazo.
Sí, Marian, es profundo, la belleza de la Historia de la Salvación se percibe en el amor derrochado por Dios. Toda la revelación se resume en tres palabras: "Dios es amor."
EliminarQuerida amiga, ¡feliz día para ti y tu comunidad!
También es vuestro Día, Día de la vida Consagrada Contemplativa.
Muchas gracias.
Muchos besos.
Feliz día, Rosa.
ResponderEliminarMuchos besos
Feliz día, Maite.
EliminarMuchos besos.
Bueno, pues eso, feliz día.
ResponderEliminarBesos.
Feliz día, Toro.
Eliminar:)
Muchos besos.
A mi queda grande, pero quien es capaz de verlo con su fe, merece mi admiración.
ResponderEliminarFeliz día, querida Rosa.
Besos.
El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la "jerarquía de las verdades de fe". (Según el Catecismo). :)
EliminarLa Trinidad es una, no confesamos tres dioses distintos, sino un solo Dios.
Un cristiano no pretende causar admiración, sino tratar de vivir en coherencia el mensaje de Cristo.
El cristianismo es Cristo. Y su Iglesia.
Aunque es un dogma difícil de entender, fue el primero que comprendieron los Apóstoles. Después de la Resurrección, comprendieron que Jesús era el Salvador enviado por el Padre. Y, cuando experimentaron la acción del Espíritu Santo dentro de sus corazones en Pentecostés, comprendieron que el único Dios era Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Es cierto que no podemos entenderlo con la sola razón, necesitamos de la fe ya que se trata de un misterio.
Cada vez que hacemos la señal de la Cruz, recordamos este misterio: "En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén".
Un misterio es una verdad revelada por Dios, que debemos creer, aunque no la comprendamos enteramente.
Y este misterio inefable se halla insinuado en el Antiguo Testamento y clara y explícitamente enunciado en el Nuevo. Por ejemplo, el pasaje de San Mateo (28,19) en que Cristo ordena a los Apóstoles que bauticen a las gentes "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".
Somos bautizados en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Es la fe que recibimos en el bautismo.
Si estás bautizada, también la recibiste, Verónica.
No es un hecho fortuito, no es por casualidad.
Un beso, querida amiga.
Y siempre muchas gracias :)
Ves la Trinidad si ves el amor."
ResponderEliminarSan Agustín
Gloria al Padre,
Gloria al Hijo,
Gloria al Espíritu Santo.
AMEN!! QUE ASÍ SEA.!!
¡Gracias Rosa! Un fuerte abrazo amiga.
¡AMÉN!
EliminarGracias a ti, querida Marian.
Un beso y un abrazo.
¡Precioso pensamiento de San Agustín!
ResponderEliminarAsí mismo, es! La Trinidad es Amor con mayúscula.
Muchas gracias. Dios le bendiga
¡Amor con mayúscula!
EliminarMuchas gracias a ti, Soy Tu Morada.
Muchos besos.