El gran poeta, independiente de su edad, goza y sufre a un tiempo todas las edades.
Las palabras son nuestros antepasados: honrémoslas.
La piedra deja constancia de la prisa con la que avanza el tiempo en nuestra carne.
La discusión con un tonto no es un intercambio de opiniones, es una humillación seguida de un fracaso.
La belleza es lo único revolucionario, lo demás son vísceras y estiércol.
Desconfiemos de quien, ante la mera expresión «políticamente correcto», no siente unas saludables náuseas.
Vivimos en tiempos de libertad de opinión siempre que la opinión carezca de pensamiento.
Poco puede esperarse de una sociedad que identifica la igualdad con la justicia.
La lucha por el poder desencadena terribles crueldades, pero qué banal resulta ante la visión de cualquier tumba.
Individualismo y gregarismo no son opuestos: son hermanos gemelos.
El genio no convence, ilumina.
«El dolor no vale para nada», dice el moderno, inconsciente de que no hay sabio que no lo conozca.
No olvidemos que el relativismo no es un «laissez faire» del pensamiento: es un dogma.
En la época actual la educación en Occidente ha venido siendo un inexorable proceso de desaprender a pensar.
Repetir los manidos tópicos de la «corrección política» es hoy día la mejor plataforma de encumbramiento de los rufianes.
Sólo lo sagrado tiene la facultad de civilizar al hombre.
Beatriz Villacañas
Muy buenos.
ResponderEliminarLa visión de cualquier tumba nos hace poner los pies en el suelo.
Besos.
Sí, Toro, tener conciencia de la muerte como hecho biológico, pero, sobre todo, tener conciencia de nuestra mortalidad, de nuestros propios límites. Es todo un aprendizaje.
EliminarPoner los pies en el suelo.
Y en el cielo, en el Dios de la fe, no un Dios cósmico, sino personal. Preguntarnos, cuestionarnos.
Somos seres únicos, pero no indispensables.
A mí también me parecen muy buenos.
Un beso, Toro.
Maravillosos aforismos, para leerlos despacio, muy despacio.
ResponderEliminarCon la de los políticos estoy totalmente de acuerdo, y en estos momenos, muy, muy defraudada...
La foto, me la quedo. Es tan, tan sutil. Graciasssssssss
Muchos besos
También estoy de acuerdo, es para defraudarse, Maite.
EliminarInsoportable.
Sabía que te gustaría la foto.
:)
Un beso, Maite.
Me quito el sombrero ante Beatriz Villacañas.
ResponderEliminarSon para reelerlos.
Besos, querida Rosa.
Es cierto, también me lo parece.
Eliminar¡Un beso!