Martin Rak
“Hay espadas que empuña el entusiasmo
y jinetes de luz en la hora oscura…”
Hay una casa que no roza el tiempo.
Tiene torres espléndidas y oscuros
corredores. Sus salas están llenas
de claros y pacientes manuscritos.
Una raza distinta vive en ella:
varones para quienes la justicia
debe ser majestad y ser distante.
La eternidad los hace ser solemnes
y hace que sean pocas sus palabras
y su sentencia la hace irrevocable.
No malgastan su tiempo con sofismas;
saben que la opinión tiene mil labios,
es un monstruo ridículo y versátil.
No dan valor alguno a lo que opinan
los hombres inconstantes. Los mil labios
de la opinión se cierran frente al dogma.
Julio Martínez Mesanza
Yo soy el jinete oscuro en la hora de luz.
ResponderEliminar¿Lo dices por el avatar?
EliminarPor otra cosa no creo.
:)
Un bello poema, para pensar, como las pinturas que acompañan al texto.
ResponderEliminarBesos
Un beso, Maite.
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