Yo, pobre hombre sin honra y sin fortuna,
lloro solo mis trazas de mendigo,
clamo al cielo con voz inoportuna
y, si me miro más, más me maldigo.
Yo, soñador de vidas ilusorias:
como éste, hermoso; como aquél, querido;
envidiando a uno el arte; a otro sus glorias;
y sintiendo lo mío desabrido.
Yo, aunque tantísimo me aborrecía,
si pienso en ti, enseguida alzo mi vuelo
como la alondra al despertar el día
y van mis himnos a rozar el cielo.
Es recordar tu amor, y mi riqueza
mira con altivez a la realeza.
William Shakespeare, Soneto 29
Shostakovich: Piano Concerto No. 2
Piano: Tatiana Nikolayeva
No hay comentarios :
Publicar un comentario