Un lugar suave en mi corazón. Pino Daeni
Cuando no sabía
aún que yo vivía en unas manos,
ellas pasaban sobre mi rostro y mi corazón.
Yo sentía que la noche era dulce
como una leche silenciosa. Y grande.
Mucho más grande que mi vida.
Madre:
era tus manos y la noche juntas.
Por eso aquella oscuridad me amaba.
era tus manos y la noche juntas.
Por eso aquella oscuridad me amaba.
No lo recuerdo pero está conmigo.
Donde yo existo más, en lo olvidado,
están las manos y la noche.
Donde yo existo más, en lo olvidado,
están las manos y la noche.
Amamantamiento. Li Zijian
A veces,
cuando mi cabeza cuelga sobre la tierra
y ya no puedo más y está vacío
el mundo, alguna vez, sube el olvido
aún al corazón.
cuando mi cabeza cuelga sobre la tierra
y ya no puedo más y está vacío
el mundo, alguna vez, sube el olvido
aún al corazón.
Buenas noches, Mamá. Samuel Baruch Halle
Y me arrodillo
a respirar sobre tus manos.
Bajo
y tú escondes mi rostro; y soy pequeño;
y tus manos son grandes; y la noche
viene otra vez, viene otra vez.
Descanso
de ser hombre, descanso de ser hombre.
Antonio Gamoneda
Maravilloso poema tomado del blog Sureando
Caer sobre las manos del Amado...¡Que maravilla de post Rosa, te felicito!
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Sí, las manos de Dios son las manos ¡más maravillosas!!! y nos dio unas madres que son verdaderos ángeles. Qué bueno es el Señor.
EliminarUn beso, querida Marian. Gracias, por tu compañía, querida amiga.