Madonna. Carlo Dolci
“En cualquier lugar donde los cristianos se reúnen en oración con María, el Señor dona su Espíritu”.
Papa emérito Benedicto XVI
Sábado, día del Rosario bloguero.
Por los pobres y discapacitados, intenciones del papa Francisco para este mes de septiembre.
Este curso tenía la intención de abandonar el voluntariado de Cáritas por falta de tiempo, estaba decidida, pero el Señor salió a mi encuentro a través de la actitud, del testimonio de una anciana.
Mi compañera y yo fuimos a entregar las cartillas para el reparto mensual de alimentos. El calor y la gratitud con que nos reciben, nos evangelizan. En uno de los domicilios nos recibió una anciana enferma, recién operada. Nos decía que apenas tenía para subsistir, nos daba las gracias por los alimentos y nos dijo que necesitaba tomar muchos medicamentos por prescripción facultativa. Estaba muy débil, necesitaba hablar y ser escuchada. En un momento de la conversación nos dijo que algunos días, al abrir la ventana por la mañana, le daban ganas de tirarse, pero que sabía que Dios nunca le abandonaba. Nos decía que pasaba muchos días hambre, y su tono era de disculpa, se disculpaba porque necesitaba comer, se disculpaba por sentir hambre. Jamás dejan de nombrar la misericordia de Dios: "Dios aprieta, pero no ahoga, no me abandona, gracias, hijas", nos decía. Esta actitud es un verdadero testimonio. Recibió la cartilla con alegría, con enorme gratitud. Son muy agradecidos con todo. Nos dijo que tenía una nieta a su cargo y que necesitaba comer, que también estaba débil y enferma. Ese tono de disculpa por sentir hambre, nos sobrecogió. Cuando terminamos la visita, decidí seguir en Cáritas y así se lo comuniqué a nuestro párroco, mi querido padre Manuel. Los pobres, los enfermos, son el rostro del Señor; esta anciana y todas las personas que visitamos, cristianas y musulmanas, salieron a nuestro encuentro. Benditos sean.
Carecen de todo lo material, pero el café y el té que te ofrecen están colmados de calor, generosidad y agradecimiento.
"No le das al pobre de lo tuyo, sino que le devuelves lo suyo..."Desgraciado quien tiene facultades para liberar a tantas vidas de la muerte y no quiere..." (San Ambrosio)
Mi compañera y yo fuimos a entregar las cartillas para el reparto mensual de alimentos. El calor y la gratitud con que nos reciben, nos evangelizan. En uno de los domicilios nos recibió una anciana enferma, recién operada. Nos decía que apenas tenía para subsistir, nos daba las gracias por los alimentos y nos dijo que necesitaba tomar muchos medicamentos por prescripción facultativa. Estaba muy débil, necesitaba hablar y ser escuchada. En un momento de la conversación nos dijo que algunos días, al abrir la ventana por la mañana, le daban ganas de tirarse, pero que sabía que Dios nunca le abandonaba. Nos decía que pasaba muchos días hambre, y su tono era de disculpa, se disculpaba porque necesitaba comer, se disculpaba por sentir hambre. Jamás dejan de nombrar la misericordia de Dios: "Dios aprieta, pero no ahoga, no me abandona, gracias, hijas", nos decía. Esta actitud es un verdadero testimonio. Recibió la cartilla con alegría, con enorme gratitud. Son muy agradecidos con todo. Nos dijo que tenía una nieta a su cargo y que necesitaba comer, que también estaba débil y enferma. Ese tono de disculpa por sentir hambre, nos sobrecogió. Cuando terminamos la visita, decidí seguir en Cáritas y así se lo comuniqué a nuestro párroco, mi querido padre Manuel. Los pobres, los enfermos, son el rostro del Señor; esta anciana y todas las personas que visitamos, cristianas y musulmanas, salieron a nuestro encuentro. Benditos sean.
Carecen de todo lo material, pero el café y el té que te ofrecen están colmados de calor, generosidad y agradecimiento.
"No le das al pobre de lo tuyo, sino que le devuelves lo suyo..."Desgraciado quien tiene facultades para liberar a tantas vidas de la muerte y no quiere..." (San Ambrosio)
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