Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.
Señor, escucha mi apelación, atiende mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño .
Mis pies estuvieron firmes en tus caminos, y no vacilaron mis pasos.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras .
Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme.
Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante.
Salmo 16 (17).
Sábado, día del Rosario bloguero.
Gracias, mi querida Caminar.
una foto preciosa, al contraluz de la Luz.
ResponderEliminarbesos
¡Hola, Tracy!
EliminarTe eché de menos hoy.
Espero que te encuentres bien.
:)
Un beso muy fuerte.
Bonita entrada, Rosa.
ResponderEliminarFeliz día.
Besos
Este salmo es precioso y, de vez en cuando, dejo un recuerdo del Rosario bloguero, me encanta recordar esa etapa, que sigue, claro, aunque ya no deje entradas todos los sábados.
EliminarFeliz día para ti, Maite.
Un beso.
La fe ha de ser un gran sustento.
ResponderEliminarBesos, querida amiga.
Así es, todo lo sostiene.
EliminarUn beso, querida amiga.
Gracias a ti, Rosa. Simplemente por estar...Dios te bendiga. Un abrazo
ResponderEliminarMi querida amiga, gracias a ti siempre.
EliminarUna alegría verte y sentirte.
No me permitió dejar enlace a tu blog, gracias.
Un beso muy grande.