Impresiona la catedral... Impresionante la soledad de la catedral. Impresiona ver ciudades de todo el mundo vacías de gente. Impresiona todo. Pero es un gozo escuchar esta canción. Besos
Impresiona. Himno a la Misericordia de Dios. Tiene mucha fuerza:
¡Asombrosa gracia! ¡Cuán dulce es su melodía, que salvó a un infeliz como yo! Estaba perdido, pero ahora he encontrado el camino, estaba ciego, pero ahora veo. La gracia enseñó a mi corazón el verdadero temor, y la gracia alivió mis miedos; esa misma gracia hizo que parecería maravillosa la hora en que creí por primera vez. Hemos superado muchos peligros, fatigas y trampas; y fue esa gracia la que me salvó, la que me trajo a casa. El Señor me prometió el bien, Su palabra garantiza mi esperanza, Él será mi escudo y mi riqueza, mientras me dure la vida. Y cuando esta carne y corazón desfallezcan, y la vida mortal termine, Poseeré finalmente la vida de alegría y paz Un día la tierra se disolverá como la nieve, y el sol dejará dejará de brillar, Pero Dios, que me llamó, entonces será mío para siempre.
La conocí hace años. Como todas las catedrales góticas guarda auténticos tesoros. Nada menos que cinco siglos hasta finalizarla. Las agujas son una maravilla, cientos ...
Impresiona la catedral...
ResponderEliminarImpresionante la soledad de la catedral.
Impresiona ver ciudades de todo el mundo vacías de gente. Impresiona todo. Pero es un gozo escuchar esta canción.
Besos
Impresiona.
EliminarHimno a la Misericordia de Dios. Tiene mucha fuerza:
¡Asombrosa gracia! ¡Cuán dulce es su melodía,
que salvó a un infeliz como yo!
Estaba perdido, pero ahora he encontrado el camino,
estaba ciego, pero ahora veo.
La gracia enseñó a mi corazón el verdadero temor,
y la gracia alivió mis miedos;
esa misma gracia hizo que parecería maravillosa
la hora en que creí por primera vez.
Hemos superado muchos peligros,
fatigas y trampas;
y fue esa gracia la que me salvó,
la que me trajo a casa.
El Señor me prometió el bien,
Su palabra garantiza mi esperanza,
Él será mi escudo y mi riqueza,
mientras me dure la vida.
Y cuando esta carne y corazón desfallezcan,
y la vida mortal termine,
Poseeré finalmente
la vida de alegría y paz
Un día la tierra se disolverá como la nieve,
y el sol dejará dejará de brillar,
Pero Dios, que me llamó,
entonces será mío para siempre.
— John Newton, 1779
Un beso, Maite.
No conozco la catedral de Milán pero he visto fotos y es una joyita.
ResponderEliminarBesos, querida Rosa.
La conocí hace años. Como todas las catedrales góticas guarda auténticos tesoros.
EliminarNada menos que cinco siglos hasta finalizarla.
Las agujas son una maravilla, cientos ...
¡Un beso!
Gracias, querida Verónica.