Mil querubines en coro
te sonríen desde el cielo
y una dulce canción
te acaricia la frente.
Una mano te guia ligero
por las nubes de oro
soñando y velando por tí, tesoro mío,
protegiendo tu camino.
Duerme, duerme,
sueña, pequeño amor mío.
Duerme, sueña,
pon tu cabeza sobre mi corazón.
Cierra los ojos,
escucha a los ángeles.
Duerme, duerme,
sueña, mi pequeño amor.
Muchas gracias por regalarnos este preciosa canción de cuna.
ResponderEliminarBesos.
Con todo mi cariño.
EliminarUn beso.
¡Gracias querida amiga por este regalo!
ResponderEliminarUn tierno y dulce momento íntimo, compartido por la Madre y el Niño.
Según Gabriela Mistral, las canciones de cuna son para la madre. Dice Gabriela: "Es como un fruto partido, da al niño la mitad, o sea, la pura melodía, o vaivén, y entrega a la madre, por entero la letra".
¿Cómo arrullaba la Bendita Virgen María a su precioso Niño? Quizás inventaba letras que hablaban de su devoción a Dios, para ahuyentar sus temores y sus dudas, y seguramente lo hacía con emoción y santa ternura.
Pero no podemos olvidar un gran detalle: se trata del Niño-Dios. En este sentido quizás era ese Niño quien cuidaba de esa Madre.
Un abrazo muy grande
Gracias a ti, por lo que dices, querida amiga.
EliminarMuchos besos.