La Virgen María entrega el Rosario a Santo Domingo.
Aparecen san Francisco de Asís, santo Tomas de Aquino y santo Domingo (lado izquierdo). Santa María Magdalena, santa Catalina de Siena y santa Inés de Montepulciano (lado derecho).
Luca Giordano, Nápoles
Hoy, la Iglesia celebra a san Francisco de Asís.
Francisco «rodeaba de amor indecible a la Madre de Jesús, por haber hecho hermano nuestro al Señor de la majestad» (2 Cel 198).
[...] Francisco ama a María con un «amor indecible» por la relación singular que María mantiene con Aquel a quien se dirige el apasionado amor del Poverello: Cristo. ¡Es la Madre del Hijo de Dios! Francisco va de golpe a lo esencial: María está referida por entero a su Hijo. De ahí que su contemplación y devoción no separen jamás a María de Jesús. Postura tradicional y única base sólida para un amor recto y auténtico a María [...]
Un aspecto original de la piedad de Francisco a María. Él es el pobre que se sabe constantemente colmado inmerecidamente por Dios, Soberano Bien y Autor de todo bien. De ahí su actitud fundamental de agradecimiento. Pero se siente, a la vez, tan indigno e incapaz de dar gracias por todo lo que Dios ha realizado y no cesa de realizar por los hombres y por él, Francisco, en particular, que ruega al Hijo amado que Él mismo, junto con el Espíritu Santo, dé gracias al Padre como a Él le agrada. Luego dirige la misma petición a María (y a todos los ángeles y santos) (1 R 23,5-6). ¡Admirable hallazgo: pedir a María que dé gracias a Dios por nosotros, pues nosotros nos reconocemos incapaces de hacerlo! (1).
1) A la oración, Francisco añadía el ayuno en honor de María, habitualmente desde la fiesta de los Apóstoles Pedro y Pablo hasta la fiesta de la Asunción (LM 9,4), e incidentalmente en otros períodos (LP 118 presenta el caso en que, un año, ayunó desde la fiesta de la Asunción a la de san Miguel).
Octubre, mes dedicado al Santo Rosario. Con el ejemplo del "amor indecible" de san Francisco a la Virgen María.
¡Feliz mes dedicado al Santo Rosario y feliz día para toda la Familia franciscana!
Paz y Bien.
Oración de san Juan Pablo II a san Francisco de Asís
Oh San Francisco,
que recibiste los estigmas en La Verna,
el mundo tiene nostalgia de ti
como icono de Jesús crucificado.
Tiene necesidad de tu corazón
abierto a Dios y al hombre,
de tus pies descalzos y heridos,
y de tus manos traspasadas e implorantes.
Tiene nostalgia de tu voz débil,
pero fuerte por el poder del Evangelio.
Ayuda, Francisco, a los hombres de hoy
a reconocer el mal del pecado
y a buscar su purificación en la penitencia.
Ayúdalos a liberarse también
de las estructuras de pecado,
que oprimen a la sociedad actual.
Reaviva en la conciencia de los gobernantes
la urgencia de la paz
en las naciones y entre los pueblos.
Infunde en los jóvenes tu lozanía de vida,
capaz de contrastar las insidias
de las múltiples culturas de muerte.
A los ofendidos por cualquier tipo de maldad
concédeles, Francisco,
tu alegría de saber perdonar.
A todos los crucificados por el sufrimiento,
el hambre y la guerra,
ábreles de nuevo las puertas de la esperanza.
Amén.
que recibiste los estigmas en La Verna,
el mundo tiene nostalgia de ti
como icono de Jesús crucificado.
Tiene necesidad de tu corazón
abierto a Dios y al hombre,
de tus pies descalzos y heridos,
y de tus manos traspasadas e implorantes.
Tiene nostalgia de tu voz débil,
pero fuerte por el poder del Evangelio.
Ayuda, Francisco, a los hombres de hoy
a reconocer el mal del pecado
y a buscar su purificación en la penitencia.
Ayúdalos a liberarse también
de las estructuras de pecado,
que oprimen a la sociedad actual.
Reaviva en la conciencia de los gobernantes
la urgencia de la paz
en las naciones y entre los pueblos.
Infunde en los jóvenes tu lozanía de vida,
capaz de contrastar las insidias
de las múltiples culturas de muerte.
A los ofendidos por cualquier tipo de maldad
concédeles, Francisco,
tu alegría de saber perdonar.
A todos los crucificados por el sufrimiento,
el hambre y la guerra,
ábreles de nuevo las puertas de la esperanza.
Amén.
Hacia días que no venía por aquí, pero tengo los huesos tan apachuchados, a pesar de que no paro de nadar, que me retraen de todo, así que hoy me he tomado un descanso y te he leído de un tirón todo lo último. Tus entradas, Rosa, están llenas de belleza y vida interior.
ResponderEliminarQue grande el humilde San Francisco. El cuadro es maravilloso, con tantos santos tan amantes de la Virgen María. para mi sólo falta uno que en los últimos años la llamaba Mami.
Te dejo en su regazo, querida Rosa.
¡Holaaaa, querida amiga!!! Me alegro de tu descanso porque te "veo", siento lo de tus huesos, sé que te dan la lata, aprovecha y nada todo lo que puedas. ¡Cuídate!
EliminarSí, también lo siento dentro como un santo, solo tengo que mirarme y comprobar el bien que me hizo y me sigue haciendo. Qué bonito su Mami, cuánto lo recuerdo, está siempre presente.
¡Coge fuerzas!!!, descansa, mi querida amiga. También te dejo en el regazo de María, de Mami.