Charles Courtney Curran. Mujer con vestido blanco en el jardín
En mi jardín hay rosas:
Yo no te quiero dar
las rosas que mañana...
Mañana no tendrás.
En mi jardín hay pájaros
con cantos de cristal:
No te los doy, que tienen
alas para volar...
En mi jardín abejas
labran fino panal:
¡Dulzura de un minuto...
no te la quiero dar!
Para ti lo infinito
o nada; lo inmortal
o esta muda tristeza
que no comprenderás...
La tristeza sin nombre
de no tener que dar
a quien lleva en la frente
algo de eternidad...
Deja, deja el jardín...
no toques el rosal:
Las cosas que se mueren
no se deben tocar.
Thomas Wilmer Dewing. Verano
Rosa
Hueles a rosa y se te abre en rosa
toda el alma rosada:
¿De qué rosal celeste desprendida
viniste a rozar, Rosa, mi alma?
Rosa, lento rosario de perfumes...
Rosa tú eres... Y una rosa larga
que durara mañana y después de
mañana...
Dulce María Loynaz
Una maravillosa entrada muy de acuerdo con el mes en el que estamos.
ResponderEliminarGracias, querida Tracy.
EliminarUn beso fuerte.
Dulce María me encanta, sus poemas son de una dulzura que calma el alma. Y las imágenes que eliges muy románticas para este mayo florido, si Dios quiere.
ResponderEliminar¿Cómo va esa mano de la espina enconada?
Es un gusto saber de ti en esos encuentros con el hermano querido.
Un beso, Rosa.
A mí también me encanta, es muy dulce.
EliminarLa mano va bien, ya cicatriza.
Es verdad que es un gusto vernos allí.
Gracias, querida Militos, un beso muy fuerte.