En el antiguo Egipto encontramos el testimonio de un hombre ciego, pidiendo a la divinidad que le restituyera la vista. Atestigua algo universalmente humano, como es la pura y sencilla oración de petición hecha por quien se encuentra en medio del sufrimiento, y este hombre reza:
«Mi corazón desea verte… Tú que me has hecho ver las tinieblas, crea la luz para mí. Que yo te vea. Inclina hacia mí tu rostro amado».
«Que yo te vea»: aquí está el núcleo de la oración.”
Benedicto XVI, Catequesis sobre la oración
En este día que amanece
A Antonio Gamoneda
El alma grita doliente en luz
de intermitentes estrellas, versos
amigos penetrando silencios, ecos.
Silente soledad soldada al ser
del mundo, al sideral polvo
que levanta una Voz infinita.
Poeta: vida desvelada, revelada
a los misterios del hombre sucesivo.
Eres ya transparencia, luz
de una Edad que el tiempo ahonda,
voz genuina al son del alba.
Guillermo Urbizu
Hymn of the Cherubim, Piotr Illitch Tchaikovsky.
Verdaderamente hermoso.
Una entrada para quitar los dolores, ¡ redonda!
ResponderEliminar¡Un beso fuerte, Tracy!!!
EliminarPedir sin egoísmo.
ResponderEliminarPedir con Fe.
Besos.
Si no lo veo, no lo creo ...
EliminarSííííí, Toro, síííí ...
¡Un beso!
¡¡¡Gracias!!!
Eliminar¡Bello!!
ResponderEliminarGracias, Rosa
Besos
¡A ti!
EliminarUn beso.
Buenos días, Rosa:
ResponderEliminarPreciosa la música casi celestial, y estupendas las imágenes del video desde el beso del niño hasta los paisajes.
Muy bonito el mosaico.
Pedir sin egoísmo es pedir para los demás. Es mejor dar gracias, y esperar sin pedir, con la fe en que "la divina providencia" nos concederá lo necesario.
:)
Abrazos.
:))
EliminarSí, Gelu.
:))
Un beso.